Desarrollar el pensamiento crítico, proponer ejercicios o practicar idiomas son solo algunas de las múltiples aplicaciones educativas de este chatbot, muy popular en las últimas semanas gracias a su capacidad para responder de forma coherente a cualquier pregunta.
El uso de la inteligencia artificial no es algo nuevo en la educación, de hecho desde hace más de un lustro aparece en todos los informes de tendencias como una de las tecnologías más relevantes y con mayor potencial. Muestra de ello es que ya se emplea habitualmente a través de numerosas aplicaciones para conseguir que la enseñanza se adapte mejor a las necesidades de cada estudiante y que los docentes puedan centrarse en lo que mejor saben hacer: enseñar.
Si ya era conocida en el ámbito educativo, ¿por qué ha levantado tanto revuelo entonces una herramienta como ChatGPT? La clave está en que este chatbot es el ejemplo más sofisticado de IA en llegar al gran público: sorprende su capacidad para interpretar lo que se le pregunta, independientemente del tema que se trate, y dar respuestas coherentes y en un lenguaje natural. Y, además, su respuesta nunca es igual. Por si eso fuera poco, es gratuito y para utilizarlo solo hace falta un rápido registro.
Pese a que en un primer momento se ha hablado mayoritariamente de sus riesgos (plagio, falta de precisión, ausencia de capacidad para resolver problemas…), son muchos los docentes que, por el contrario, apuestan por hacer un uso positivo de esta herramienta. Les hemos consultado y recogido algunas ideas para sacar el máximo partido de ChatGPT en el aula y mejorar así el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Como fuente de documentación
ChatGPT responde preguntas sobre cualquier temática y, además, la adapta al detalle a lo que se pida. Así, se le podría preguntar por los principales acontecimientos de la Revolución Francesa o solo por los ocurridos en un determinado momento o lugar. “Con sus respuestas a nuestras preguntas puede ayudar a integrar la información en nuestro conocimiento. Pero para ello es necesario (1) que lo utilicemos bien; (2) en los momentos adecuados; y (3) para las tareas adecuadas. Son los mismos requisitos que exige cualquier recurso educativo o herramienta de productividad”, comenta Pere Marquès, director de la Red de Educadores DIM.
Es necesario tener en cuenta, eso sí, que la información de la versión actual del programa fue actualizada por última vez en 2021, por lo que para determinados temas siempre será necesario buscar en otras fuentes. “Incluso podemos emplearlo para resolver dudas que nos surjan en clase y valorar las respuestas que da la herramienta. El chat nos ofrecerá una respuesta más adecuada a lo que queremos conseguir si somos capaces de hacerle la pregunta adecuada. Aprender a hacer la pregunta correcta es un tipo de tarea interesante que podemos hacer con el chat y puede servir para trabajar al mismo tiempo contenidos de la asignatura”, afirma María del Mar Sánchez Vera, doctora en Pedagogía, profesora Titular del Departamento de Didáctica y Organización Escolar y miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia.
Proponer ejercicios y actividades
Es posible pedir a ChatGPT que proponga distintas actividades para una materia y nivel en concreto. Por eso, tiene gran potencial para que los docentes acudan a ella para proponer ejercicios prácticos a su alumnado. “Al igual que la calculadora, no evitará que tengamos que aprender a calcular, pero nos ayudará a poder concentrarnos en las tareas más creativas y complejas de cualquier proceso de redacción. ChatGPT se encargará de realizar las operaciones más tediosas y banales”, comenta el docente Christian Negre. Los estudiantes, por su parte, podrán utilizarlo para ponerse a prueba y comprobar si conocen el temario.
Corrección de textos
Además de generar textos por sí misma, la herramienta también es capaz de corregir los ya escritos en función de distintos criterios. Lo más interesante es que, junto con las correcciones, explica exactamente qué ha corregido, facilitando el aprendizaje y la mejora en la redacción. Tiene en cuenta tanto las faltas ortográficas como la redacción o el tipo de lenguaje según sea un texto formal o informal.
Practicar idiomas
Además de generar ejercicios para practicar otros idiomas, posee otras muchas aplicaciones en este sentido: desde buscar vocabulario de temáticas y niveles concretos hasta corregir textos y ejercicios, o recomendar recursos para aprender. Además, ayuda a practicar gracias a su capacidad para mantener conversaciones en el idioma establecido. “Hablo gran variedad de idiomas, incluidos inglés, español, francés, alemán, italiano, portugués, ruso, árabe y chino, entre otros”, responde la inteligencia artificial cuando se le pregunta al respecto. Simplemente con cambiar el idioma en el que te diriges a la herramienta, te responde en esa misma lengua.
Otros usos
Las opciones son infinitas. “Podemos preguntar al chat acerca de cómo funciona algo o cómo realizar un experimento y llevarlo a cabo en la práctica para ver si realmente funciona lo que nos dice”, sugiere Sánchez Vera (Universidad de Murcia). Del mismo modo, es una herramienta interesante para simular situaciones que fomenten la capacidad de resolución de problemas y la toma de decisiones, conociendo los resultados de esa elección. “Y, además, el uso habitual de ChatGPT como herramienta multifuncional de apoyo al alumnado (fuente de información, asesor conversacional y herramienta de apoyo a la resolución de problemas, corrector ortográfico, traductor…) que se podrá utilizar como convenga como ahora se hace con las calculadora, correctores ortográficos, buscadores de Internet…”, concluye Marqués.
Fuente: Laura Pajuelo / educaciontrespuntocero.com