La revolución digital llegó para quedarse y trajo consigo nuevos retos para la sociedad. Uno de los desafíos es superar la fractura digital y su solución pasa por la alfabetización digital, que ya tiene un lugar de preeminencia para la Unesco en el Día Internacional de la Alfabetización.
Fractura o brecha digital
En la década de los 70, el concepto difundido era el de fractura del conocimiento (knowledge divide) referido a la división creciente entre “ricos y pobres” en información alentado por la aparición de nuevos medios de información. Con la revolución digital llegó el término fractura o brecha digital, circunscribiendo la definición a las posibilidades de acceso tanto a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como a Internet.
Actualmente, la concepción de fractura digital valora el conocimiento y competencias digitales necesarias, ya no solamente el acceso a las infraestructuras. A este acceso efectivo, es adecuado añadirle la capacidad de poder gestionar grandes cantidades de información para convertirla en conocimiento. Todo ello, en muchos casos, se vincula directamente a una cuestión generacional, pero no es sólo eso.
La nueva generación de los nativos digitales
Los nacidos posteriormente a 1994, la llamada generación Z, son conocidos como nativos digitales, al ser la primera generación que ha crecido en un entorno tecnológico y digital normalizado. Existen elementos determinantes en estos individuos que tendrán gran influencia sobre ellos, como el contexto, la cultura o la educación.
Los nativos digitales, en general, tienen la habilidad innata del lenguaje y del entorno digitales. Las herramientas digitales son fundamentales en sus vidas, en cualquier actividad o circunstancia, con una conexión permanente con el mundo.
¿Quiénes son los inmigrantes digitales?
La otra cara de la moneda son los inmigrantes digitales, aquellas personas mayores de 35 años que, por obligación, se han adaptado al medio: la tecnología y una sociedad tecnificada. Estos individuos han vivido dos realidades muy distintas: la comunicación tradicional y la digital.
La edad no lo es todo
Hay expertos que no comparten la división de nativos e inmigrantes digitales únicamente por el criterio de edad o pertenencia a una generación. Consideran que el elemento clave para las prácticas digitales debe ser analizado en cada persona, dependiendo del manejo de tecnologías según factores como el tiempo y uso cotidiano de éstas. Dicha experiencia digital tendría como objetivo último la resolución de problemas, así como el logro de objetivos.
Así, los conceptos de nativo o inmigrante digital vendrán determinados por una actitud, un conocimiento, unas habilidades y un nivel de uso digitales, de manera resolutiva. En resumen, según las competencias digitales individuales.
El gran reto social y educativo
En un mundo hiperconectado, consolidar nuevas capacidades para seleccionar eficazmente la información que recibimos es una necesidad, discerniendo conocimiento de ruido. Estas destrezas son parte de un gran reto social y educativo: la alfabetización digital.
La alfabetización digital no consiste sólo en utilizar la tecnología, sino en entender bien los procesos digitales y los cambios que implican, para ser productivos y eficientes. Volvemos a la idea principal: la alfabetización digital, la solución a la fractura o brecha digital.
Como todo, la tecnología tiene pros y contras y, llegados a este punto, resulta relevante asumir un modelo de adopción crítica de dicha tecnología, reflexionando sobre sus impactos y los cambios culturales que implica.
Es evidente que debemos adaptarnos a nuestra realidad y, en concreto, a un entorno hiperconectado con unas necesidades derivadas de la palanca tecnológica, tanto individuos como organizaciones.
Las destrezas necesarias
Las destrezas básicas de una correcta alfabetización se distribuyen en cuatro áreas:
- Instrumental: Está orientada a la adquisición de habilidades requeridas en el uso de las tecnologías de la información y comunicación.
- Cognitva-intelectual: Pretende lograr que se transforme la información disponible en conocimiento, con una visión crítica implícita que permita discernir la información veraz de la que no lo es.
- Socio-comunicacional: Las redes sociales tiene sus propios códigos de interacción social, con lo cual es necesario saber adaptar a ellos el lenguaje.
- Ética: Las interacciones digitales deben incluir valores positivos y prácticas éticas, fomentando el civismo digital.
Alfabetización digital en la empresa
Bienvenidos a la cuarta revolución industrial. Alfabetización digital es comprender, interpretar, crear y comunicar en un mundo digitalizado cada vez más cambiante, desbordante en datos e información y constantemente en cambio.
Si el modelo de negocio no se adapta a lo digital, la empresa genera una brecha digital entre los que se adaptan e interpretan nuevos modelos y los que no. En contexto empresarial, ser analfabeto digital significa ser menos competitivo.
Para lograr la alfabetización digital en una empresa será necesario un proceso de reflexión. ¿Los procesos de ventas están adaptados a los nuevos mercados? ¿Cómo conviven el offline y el online? ¿La presencia online destaca la propuesta de valor de la marca? Estas preguntas son ejemplos de la reflexiones sugeridas y necesarias para la toma de decisiones que, en estos días, deben ser más inmediatas.
Sea como sea, en la empresa, en la educación o en cualquier otro ámbito de nuestra sociedad, la alfabetización resolverá el reto de la fractura digital, aportando cohesión, competitividad y oportunidades.
Fuente: empresaactual.com