La tecnología inmersiva permite adaptarse a las necesidades educativas y fomenta un aprendizaje personalizado entre los estudiantes. Raúl Sanahuja, responsable de comunicación de Epson Ibérica, explica sus beneficios y cómo se puede aplicar en las aulas.
El mundo está en constante evolución y el motor para ello siempre ha sido la tecnología (en sus diversas manifestaciones). De esta forma, en la última década hemos sido testigos de avances significativos en nuestra vida diaria y en la forma en la que nos relacionamos con el mundo gracias a novedades como la nube y la conectividad, entre otras cuestiones. Estas nuevas tecnologías, junto a la aparición de herramientas digitales, también han permitido la introducción de prácticas que están evolucionando y cambiando la enseñanza. Así, los últimos desarrollos están llevando la educación a un nivel completamente nuevo: uno inmersivo e interactivo.
La importancia de la tecnología inmersiva en la educación
En el centro de este cambio se encuentra la tecnología audiovisual. Esta solución está imaginando aulas adaptativas y versátiles que respondan a las necesidades cambiantes de la educación. En este nuevo concepto de aula, la experiencia es clave, y la tecnología inmersiva es la protagonista, ya que admite una mayor comunicación entre el profesorado y el alumnado.
Desde proyectores de alta luminosidad hasta tecnología de proyección de ultracorta distancia y paredes interactivas, estos avances están creando entornos educativos en los que la imaginación y la colaboración se unen para llevarnos a una enseñanza centrada en las necesidades de los estudiantes. Asimismo, la visualización en tiempo real y la posibilidad de edición directa en pantallas táctiles ya están transformando el aprendizaje en una experiencia dinámica que fomenta la participación del alumnado.
Aprendizaje personalizado
Además, estas innovaciones también se adaptan a las necesidades de las generaciones más jóvenes convirtiendo el aprendizaje en algo entretenido y personalizado. Por ejemplo, existen soluciones que permiten proyecciones interactivas en el suelo o en tapetes específicos para que los pequeños de Infantil y Primaria puedan disfrutar y aprovechar el potencial de esta tecnología mientras aprenden.
Así, estos materiales no solo aumentan las relaciones sociales en las clases, sino que también consiguen empoderar a docentes y estudiantes con herramientas que potencian su desarrollo cognitivo.
En definitiva, la educación inmersiva e interactiva ya no es un plan de futuro, sino una realidad presente en las aulas españolas. Gracias a los avances tecnológicos estamos allanando el camino hacia clases más dinámicas y adaptables, así como preparando a las generaciones futuras para un mundo en constante evolución.
Fuente: educaciontrespuntocero.com