La educación superior se viene enfrentando a una serie de transformaciones a causa de la inteligencia artificial y los desarrollos tecnológicos que se están presenciando en los últimos años. Por esto, entendiendo la tecnología como una solución a los problemas, el sector educativo no ha tenido opción diferente a adaptarse a estas evoluciones.
En conversación con diferentes educadores, se estima que no solo el número de programas con un enfoque tecnológico ha crecido, sino que también se están desarrollando nuevos procesos formativos, cambio en las evaluaciones, transformaciones en la construcción curricular y además, en la forma de educar.
De acuerdo con José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, actualmente se está convirtiendo la inteligencia artificial en el mejor aliado de la educación, ya que este desarrollo tecnológico está siendo uno de los mejores complementos en la formación de los jóvenes.
“Esta discusión tiene unos elementos transversales. Uno, es cómo preparamos a los jóvenes ya no para la cuarta, sino para la quinta revolución industrial donde la dimensión ética tiene un papel muy importante en relación con la tecnología. Y la segunda es cómo fortalecemos la capacidad de emprendedora y de innovación sobre todo en economías digitales para nuestros jóvenes independientemente del programa formativo”, indicó.
En la misma línea, Esteban Piedrahíta, rector de la Universidad Icesi, explicó que la humanidad está inmersa en una “gran” revolución tecnológica que toca todos los ámbitos, profesiones y áreas del desarrollo humano. Por eso, insiste en que esta discusión es esencial incluirla dentro de la formación de los jóvenes, pero además en la parte vocacional.
“También se debe involucrar en la labor pedagógica y potenciarla de manera juiciosa en la educación misma. Nunca suplanta un profesor, ni el trabajo en equipo, pero la tecnología sí puede enriquecer muchos ámbitos educativos. Tenerla inmersa en la experiencia del estudiante, tanto en su formación profesional, como ciudadano, es absolutamente clave y hoy en día indispensable”, afirmó.

Otro de los puntos de vista tiene que ver con la reconfiguración “absoluta” del paradigma educativo. Según Rafael Méndez-Romero, decano de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario, la tecnología está dejando de ser una herramienta auxiliar para convertirse en una dimensión estructural del aprendizaje contemporáneo, lo cual no solo cambia el cómo se enseña, sino también el qué, el para qué y el desde dónde se enseña.
“Vivimos un momento de tránsito entre dos épocas: la educación que formaba para desempeñarse en sistemas productivos estables, y la que hoy debe preparar a los ciudadanos para un mundo incierto, volátil, interconectado y altamente automatizado. En ese contexto, la tecnología actúa como catalizador de nuevas formas de acceso al conocimiento, de personalización del aprendizaje y de creación colectiva de valor”, señaló.
Ahora bien, las competencias son otro de los pilares dentro de la educación que se hacen indispensables en medio de la evolución tecnológica, pero además vinculada con la educación. Para Claudia Restrepo, rectora de la Universidad Eafit, hoy en día no solo se necesita fortalecer la competencia lectoescritora o matemática, sino también una de la que casi no se habla, que está asociada a la mentalidad digital y al pensamiento computacional.
“Necesitamos intensificar la mentalidad digital de los estudiantes para poder abordarla, no sólo cómo aprender o manejar una tecnología, sino cómo funciona para ponerla al servicio de cualquier profesión”, destacó.
Nuevos programas
El trabajo conjunto de la transformación de la educación con la tecnología ha traído consigo el desarrollo de habilidades en inteligencia artificial generativa dentro de los currículos, pero también la creación de nuevos programas técnicos y profesionales.
De acuerdo con Sebastián Rueda Quesada, consultor en derecho y tecnología, se están creando nuevos programas como pregrados, especializaciones, diplomados, etc. porque se está encontrando que la tecnología soluciona muchos problemas y los estudiantes demandan entender la tendencia y consumarse en ella.
“Algunos programas pueden estar sustentados en que realmente solucionan problemas y necesidades de la sociedad. Otros terminan siendo respuesta a una moda educativa de no quedar atrás. Pero la razón principalmente es que la tecnología es un solucionador natural de problemas y la oferta del mundo laboral está en solucionar problemas. Esa conexión también está originada por eso”, mencionó.
A su turno, José Manuel Restrepo, explicó que existe una tendencia a cómo inyectar esa dosis de cuarta revolución industrial a los programas de formación. “Es decir, cómo vinculamos los programas de formación a temas como inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas, uso del blockchain. También, temas de competitividad y productividad asociados a economías digitales, computación cuántica y cómo le inyectamos esa dosis de tecnología al mundo de la salud y de la vida”, dijo.
El rector de la Universidad Icesi, ejemplificó la transformación detallando que ya la institución cuenta con una carrera que se llama Ingeniería de Energía Inteligente, que incluye las tecnologías digitales aplicadas a la generación de electricidad, transmisión, a la ingeniería eléctrica y también está la de Negocios, Estrategia y Tecnología, que incluye conocimiento y trabajo en tecnología, no solo digital, dentro del mundo de los negocios para diferentes sectores.
“Estamos en un momento único de la historia de la humanidad, con cambio tecnológico acelerado, ahora con el surgimiento de la inteligencia artificial generativa que hace indispensable no solo que los estudiantes estén familiarizados con estas tecnologías, sino que también sepan aplicarlas en el mundo de las organizaciones y del trabajo”, apuntó.
También, el decano Méndez-Romero reiteró que la tecnología dejó de ser una especialidad para convertirse en una condición transversal de todas las prácticas humanas. “Ya no se trata solo de formar ingenieros o desarrolladores; hoy, cada disciplina, desde la medicina hasta las artes, pasando por las ciencias sociales, necesita dialogar con la tecnología para seguir siendo relevante, útil y transformadora”, afirmó.
Visión ética del uso de la inteligencia artificial
La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito educativo plantea transformaciones profundas que van más allá de lo tecnológico. Para Carlos Miguel Gómez, decano de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, estas transformaciones exigen una reflexión ética urgente.
“La educación, así como muchos otros campos de la sociedad y la cultura, está sufriendo profundas transformaciones debido a la inteligencia artificial”, advirtió. A su juicio, uno de los mayores riesgos es delegar en la IA procesos fundamentales como el pensamiento crítico, la lectura comprensiva y la creatividad, teniendo en cuenta que eso puede tener serias consecuencias en el desarrollo cognitivo, emocional y personal de las personas.
El impacto también alcanza las aulas, por ejemplo, los docentes se enfrentan al reto de diseñar evaluaciones donde la participación humana sea irremplazable. “Vivimos reflexionando sobre qué tipo de tareas podemos asignar en las que la inteligencia artificial no sustituya la reflexión crítica de los estudiantes”, indicó.
Pero quizá el mayor desafío está en cómo las universidades abordan la integración de la IA. Para Gómez, no se trata de incorporar tecnologías de forma acrítica, sino de formar estudiantes con sensibilidad ética y pensamiento crítico. “La gran pregunta es hasta qué punto el uso de la inteligencia artificial va a imposibilitar el desarrollo de las competencias que nos hacen propiamente humanos”, dijo.
En ese sentido, insiste en que las ciencias humanas son más necesarias que nunca. “No se trata solo de aprender a usar herramientas, sino de mantener una reflexión crítica y creativa. La tarea de las ciencias humanas va a ser cada vez más fuerte, irremplazable y necesaria en todas las disciplinas”, concluyó.
Fuente: Diana K. Rodríguez T. / portafolio.co