Imagen: Uno de los dibujos recopilados por el investigador suizo-italiano Luca Botturi sobre cómo perciben niñas y niños la red.
La alfabetización digital es una tarea pendiente en España, donde solo el 30% de las niñas y adolescentes ha recibido formación para saber identificar la desinformación, según el último estudio de Plan International.
Información sesgada, manipulación informativa o bulos son conceptos cada vez más presentes en nuestra sociedad. Nos hemos acostumbrado a oír hablar de desinformación cada día, pero no es tan habitual saber identificarla. En plena transición digital, la información falsa y errónea en Internet se propaga a toda velocidad, y sus efectos no son inocuos. Al contrario, tienen consecuencias graves: aumento de la polarización social, propagación de los discursos de miedo y odio, y una sensación de desconfianza cada mayor hacia los medios y la política. Este contexto es especialmente perjudicial para las niñas y adolescentes que, en una etapa crítica de aprendizaje y desarrollo, se enfrentan a contenidos falsos, confusos y peligrosos sin saber cómo diferenciarlos de la información útil, contrastada y veraz.
La pandemia ha hecho que el entorno digital sea una de las pocas ventanas al mundo para millones de niñas y jóvenes. Las que tienen acceso a dispositivos y una buena conexión, cada vez pasan más tiempo en la Red, donde se informan, debaten y participan. Muchas son nativas digitales y, sin embargo, no cuentan con las herramientas para navegar de forma segura en un mar de desinformación. Solo el 30% de las niñas y adolescentes en España ha recibido formación para saber identificar la desinformación y la información errónea y el 55% asegura no saber diferenciar noticias falsas en Internet.
Estos son algunos de los datos que revela el informe The Truth Gap: (Des)informadas online, elaborado por Plan International a partir de más de 26.000 encuestas a niñas, adolescentes y jóvenes de entre 15 y 25 años en 26 países. Sus experiencias nos cuentan cómo son bombardeadas a diario con mentiras y estereotipos sobre sus cuerpos, su identidad y sobre cómo deben comportarse. Se manipulan imágenes y vídeos para cosificarlas y avergonzarlas, y se difunden rumores para silenciar sus voces y frenar su participación. Ven cómo mujeres líderes o activistas, referentes para ellas, son objeto de campañas de acoso.
Tal y como revela el informe, las mentiras y los bulos en Internet también están afectando a la salud mental de las jóvenes. Al 91% de las niñas y jóvenes encuestadas a nivel global les preocupa la desinformación y la información errónea online, y un 46% asegura haber sufrido tristeza, depresión, estrés o ansiedad como consecuencia de la información falsa en Internet. En España, el porcentaje de niñas que ha tenido efectos negativos en su bienestar emocional llega al 38%, donde el 19% reconoce además que ha llegado a sentirse insegura físicamente.
Un ecosistema digital tóxico está silenciando las voces de las niñas. El esfuerzo ingente que deben realizar para separar los hechos y la información de las opiniones y los bulos, llenos de estereotipos, limita su capacidad de verse a sí mismas como activistas, creadoras de ideas o líderes del cambio. En este sentido, el 15% de las encuestadas en nuestro país ha dejado de participar en asuntos políticos o de actualidad como consecuencia de la información falsa y la desinformación online y el 14% reconoce que estas informaciones han afectado a su confianza en los resultados electorales.
Nuestro informe del año pasado, (In)seguras online, ya analizaba el impacto del acoso y la violencia digital que frenan, limitan y silencian la participación de las niñas y las adolescentes en las redes sociales. Las participantes en este estudio ya señalaban a las plataformas como principales responsables de combatir esta violencia, y a lo largo del último año chicas de varios países han participado en un grupo de trabajo con representantes de Facebook e Instagram para mejorar los mecanismos de protección y denuncia de acoso. Hoy señalamos que el esfuerzo y compromiso de estas plataformas digitales ha sido insuficiente, como demuestra el informe de este año: el 65% de las encuestadas indica que Facebook es la plataforma en la que más información errónea y desinformación encuentran.
Niñas y jóvenes han alzado su voz a través de una petición global a gobiernos de todo el mundo. Junto con Plan International, están reclamando medidas urgentes y una mayor inversión para garantizar la alfabetización digital de todos los niños, niñas y jóvenes desde la educación primaria. Solo con la formación, el apoyo y las herramientas necesarias podrán defenderse de los bulos, ejercer sus derechos con garantías y participar de manera crítica y segura en Internet.
No debemos permanecer impasibles: podemos ser parte de la solución y apoyar su petición. Combatir la desinformación y sus efectos nocivos es una cuestión de derechos, y una responsabilidad compartida de gobiernos, organizaciones, plataformas digitales y la sociedad en su conjunto. Niñas y adolescentes tienen el poder de reescribir el futuro, y deben poder hacerlo con información útil y veraz, no con bulos.
Fuente: Sra Concha Lopez/elpais.com
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