Más allá de ChatGPT, hay otras herramientas de IA que muchos docentes ya han implementado en las aulas.
Es incuestionable que la Inteligencia Artificial (IA) ha llegado para quedarse. Cada vez está más presentes en más ámbitos, si bien el de la educación es uno de los primeros en los que ha irrumpido y lo ha hecho con fuerza. Más allá del uso que muchos estudiantes han encontrado en herramientas como ChatGPT a la hora de hacer sus deberes y trabajos de clase -y que obliga a reemplantear la manera de evaluar y de enseñar a los alumnos por parte de los profesores-, hay otras herramientas de IA que se están empleando ya en las aulas, casi más por parte del profesorado.
Empleada de este modo, “el uso de esta tecnología en las aulas puede mejorar el aprendizaje, reducir las lagunas educativas y preparar a los escolares para un futuro más visual. Adoptar esta tecnología en la educación también es crucial para fomentar la innovación y la adaptabilidad, garantizando que nuestros sistemas educativos evolucionen junto al dinámico mundo moderno”, asegura Petia Maximova, responsable de Canva para Educación en Europa.
¿Cómo puede ayudar la IA al profesor en el aula?
La IA ya ha sido implementada por muchos profesionales de la educación, que ya la utilizan en su día a día y que le sacan partido en beneficio de sus alumnos. Entre las diversas maneras en las que el profesor puede utilizar la IA en el aula, Maximova destaca las siguientes:
- Como herramienta creativa. Una de las utilidades de la Inteligencia Artificial para el profesor puede ser como herramienta creativa a la hora de elaborar materiales creativos -como planes de estudio y contenido multimedia- sin apenas esfuerzo. “Con ello, no solo les permite ahorrar tiempo, sino que también pone a su alcance más recursos para motivar a sus estudiantes de una forma más creativa”, tal y como apunta Maximova.
- Acortar tareas administrativas. Otra de las formas en la que los docentes pueden sacar provecho de la Inteligencia Artificial es de cara a las tareas más administrativas (que todos los profesores deben realizar hoy en día y que están orientadas a la planificación de los contenidos y a la evaluación de los alumnos); así, puede ser muy útil en la creación de plantillas fáciles de rellenar, “y así poder centrarse en crear experiencias de aprendizaje interesantes e innovadoras”.
Este entusiasmo por parte de los docentes que ya la manejan viene, como sabemos, “acompañado de preocupaciones por el posible mal uso de la tecnología”. En este sentido, “la reflexión principal que muchos hacen gira en torno a la necesidad de invertir en medidas de seguridad que garanticen que las herramientas de IA son seguras y adecuadas para su uso en las aulas”.
En la misma línea, Guillem García Brustenga, experto del eLearning Innovation Center (eLinC) de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), indica que el riesgo tiene que ver, sobre todo, con la seguridad y la privacidad. Es muy importante saber, por tanto, saber dónde van los datos del profesor y de los alumnos con las herramientas de Inteligencia Artificial que se usen en clase.
¿Cómo puede ayudar a los estudiantes la IA?
En lo que a los estudiantes se refiere, las herramientas de IA les facilita más “oportunidades de creación y exploración, ofreciéndoles un apoyo sin precedentes a personas con distintas necesidades de aprendizaje”, según la experta en Inteligencia Artificial y Educación. Aquí, el gran potencial de la Inteligencia Artificial radica en facilitar a los docentes la personalización de los contenidos “para satisfacer las necesidades de cada estudiante, adaptándose a su proceso de aprendizaje”.
Fuente: Elena Villegas / hola.com