Acompañar a los hijos en su descubrimiento tecnológico, generar espacios familiares de conexión y descanso, y poner límites de tiempo desde un comienzo son algunas de las alternativas que entregan expertos para el uso saludable de la tecnología.
En plenas vacaciones de invierno y a pocas semanas del Día del Niño, muchos padres buscan alternativas de entretención para que sus hijos disfruten de su tiempo libre en casa, en un contexto sanitario todavía restrictivo. Así, muchos padres invierten en consolas de videojuegos (PlayStation5, Nintendo Switch y la nueva generación de Xbox), tablet y celulares de última generación (iPhone 11 o 12) para los nativos digitales del hogar.
Hoy la tecnología se ha convertido no solo en una opción de diversión, sino que también de educación, sin embargo los expertos aconsejan que esta debe entregarse a los niños y adolescentes bajo parámetros de responsabilidad y autocuidado.
Según el informe ‘Niños en un mundo digital’ de Unicef, el alcance y la manera en que los menores se benefician de sus experiencias digitales tienen mucho que ver con sus puntos de partida en la vida.” Mientras que aquellos que disfrutan de sólidas relaciones sociales y familiares suelen usar internet para reforzar estas relaciones –algo que les genera un mayor bienestar– los niños que sufren a causa de la soledad, el estrés, la depresión o determinados problemas en el hogar pueden encontrar, por ejemplo, que internet agrava algunas de estas dificultades existentes. Por el contrario, los niños que tienen dificultades sociales en su vida normal pueden a veces establecer amistades y recibir el apoyo social en línea que no reciben en otras partes”.
Ante el creciente uso de la tecnología en las nuevas generaciones, la labor de los padres es formarlos en el uso responsable de ella, para que sea una experiencia creativa, enriquecedora y no perjudicial. Así lo sugiere Sebastián Bortnik en su libro ‘Guía para crianza en un mundo digital’, en el que explica que: “Nuestro desafío es acompañar a los chicos para que puedan desarrollar autonomía como ciudadanos plenos en el mundo digital, y eso implica estar presentes en la infancia y, de otras maneras, en la adolescencia, ayudándolos a elaborar criterios propios para elegir, cuidarse, aprender a usar su tiempo, y en suma crecer en libertad”.
Al respecto, Catalina Araya, directora de educación de Fundación País Digital (FPD) sostiene que la clave es entender que la tecnología llegó para quedarse y que es necesario entablar una relación saludable con ella. “Generar espacios de uso y de descanso es importante, sobre todo en su utilización a temprana edad. En este escenario, padres y apoderados son una pieza clave ya que son ellos quienes deben decidir la cantidad de tiempo que sus hijos e hijas pueden dedicar a utilizar los dispositivos digitales que tengan a su alcance. Crear hábitos y una buena relación con las TICs (tecnologías de la comunicación e información) es clave para que sea una herramienta efectiva en la vida de los más pequeños”, sostienen.
Uso responsable de la tecnología
¿Cómo incorporar las nuevas tecnologías de una manera beneficiosa en la familia? Es la pregunta que muchos padres se hacen cuando conviven con hijos que requieren cada vez más de ella. Para Claudia Sepúlveda, psicóloga del Centro Monteverde de Business Center Puertas de Chicureo, lo primero es instaurar hábitos que impliquen el desarrollo paulatino de ciertas estructuras y rutinas de organización de tiempo. “Así como los niños y niñas van incorporando el hábito de lavarse los dientes, bañarse o hacer sus tareas, el uso responsable de la tecnología es un trabajo de los padres o tutores y eso toma tiempo para ser incorporado y consolidado, y requiere estar presente, poner límites, tener paciencia y ser constante”.
Para que la tecnología sea nuestra mano derecha en la educación, es importante comprender que los dispositivos móviles, por ejemplo, son herramientas y recursos fundamentales en determinados contextos. Según Catalina Araya “en esta pandemia la tecnología ha facilitado la educación a distancia y el autoaprendizaje. Los niños y niñas se sienten muy motivados a la hora de utilizar nuevos recursos, como es el caso del programa Club Bee Bot que se implementa en estudiantes de pre-kinder y kinder desde 2019 y en el que los niños deben aprender a programar a través de una abeja robot”, señalan.
Sobre el uso de consolas de juegos en menores de edad, y la discusión que existe al respecto, Sepúlveda sostiente que: “El videojuego en un contexto controlado permite el desarrollo cerebral (sobre todo la parte prefrontal), y con ello el incremento de habilidades cognitivas, visoespaciales, visomotrices, y de atención, concentración y de análisis de situaciones”.
La experta agrega además que la utilización de celulares en sus distintos ámbitos permite trabajar en equipo, resolver problemas, estar conectado generando vínculos con los pares y como fuente de entretención. “Para que la tecnología sea aliada de los padres, desde el comienzo tienen que estar presente generando un espacio significativo que estimule la curiosidad de conocimiento, de saber, de magia, de creatividad, de diversión y de cultura; todo está en un solo click, permitiendo la conexión con el mundo, con otras personas y ambientes familiares acogedores”.
Fuente: latercera.com