La tecnología ha ocasionado profundos cambios en el sector de la educación. Tanto, que en muchos casos las aulas ya no son solo grupos de alumnos con libros de texto atendiendo a las explicaciones de un profesor. Ahora los estudiantes pueden interactuar entre ellos y con los profesores sobre los temas que aprenden en la mayoría de asignaturas, utilizar pantallas, visualizar conceptos abstractos o aprender a distancia a través de Internet.
Esta evolución ha sido posible gracias a la tecnología en general, y a varias tecnologías concretas en particular, como la realidad virtual. Paralelamente, la manera de enseñar ha ido cambiando para adaptarse a las novedades. También la de aprender.
Tanto, que la inmensa mayoría de profesores creen que la tecnología mejora de manera notable la experiencia en el aula. Además, gracias a sus posibilidades, cuentan con más información, opciones y posibilidades para personalizar la experiencia de aprendizaje y poder adaptarla a las necesidades concretas de cada estudiante.
La demanda de tecnología para las aulas se ha disparado como resultado, especialmente en el caso de los modelos educativos que combinan la formación presencial con la disponible online. Paralelamente, el sector de la tecnología para la educación está creciendo de manera más que evidente.
Tanto, que está previsto que llegue a los 404.000 millones de dólares para 2025. Una elevadísima cantidad, que pone de manifiesto el potencial de crecimiento de la tecnología en educación.
Desde las plataformas de aprendizaje hasta las experiencias inmersivas, muchas aulas están incorporando todo tipo de tecnologías, lo que prepara a los alumnos, además de para aprender y superar las materias que se enseñan en cada caso, para un futuro digital, en el que tendrán que utilizar la tecnología de manera habitual en todo tipo de entornos.
Pero cada vez se escuchan más voces en contra del uso, y sobre todo del abuso, de la tecnología en la enseñanza. Aunque en la mayoría de los casos, las críticas se limitan a ciertas tecnologías Por diversos motivos, pero principalmente porque empeoran el nivel general de los alumnos, o porque les expone demasiado a las pantallas. Pero antes de llegar aquí es necesario saber qué tecnologías son las que se han impuesto en las aulas.
¿Qué tecnologías se han impuesto en el mundo de la educación?
Una de las tecnologías que más han crecido en los últimos años, en educación, aunque en muchos casos haya sido a la fuerza, es la videoconferencia para las clases a distancia. Gracias a ella, los alumnos pueden seguir las explicaciones de un profesor a distancia y en directo, además de mantener cierto nivel de interacción con él y entre ellos.
También las plataformas de aprendizaje adaptativo han conseguido gran relevancia en los últimos meses. Estas plataformas incorporan Inteligencia Artificial y permiten la generación de rutas de aprendizaje a medida de las necesidades de cada estudiante. Los algoritmos analizan los conocimientos de cada uno y su nivel, ofreciéndoles contenido personalizado, ejercicios prácticos e información sobre las tareas realizadas.
Ha ganado mucho peso el aprendizaje basado en juegos interactivos. Especialmente en los niveles educativos iniciales. El profesor se convierte entonces en un apoyo para los estudiantes, que solos o en grupo, utilizan el material interactivo y educativo integrado en los juegos para ir avanzando en uno o varios temas en concreto.
En muchos casos, también lo hacen con un nivel de dificultad adaptado a su nivel de conocimiento o habilidades. Se trata de un sistema que no solo atrae más que las explicaciones de un profesor la atención de los alumnos, sino que también hace que su productividad y velocidad de aprendizaje aumenten. Además, se divierten aprendiendo y adquieren cierta autonomía en la resolución de problemas.
Dos de las tecnologías más espectaculares que han entrado recientemente en las aulas son sin duda la realidad virtual y la realidad aumentada. Con ellas, los alumnos contarán con oportunidades de aprendizaje inmersivo y basado en experiencias. La realidad aumentada superpone información digital al mundo real, mientras que la realidad virtual general entornos simulados completos.
Con ellas se pueden llevar conceptos abstractos a la vida real, facilitando la comprensión de temas complejos en diversas asignaturas: historia, ciencia, arte o literatura, entre otras. De nuevo, se trata de tecnologías que captan más la atención de los alumnos que una mera explicación del profesor, añadiendo incentivos al aprendizaje, facilitándolo y fijando la comprensión.
Las aplicaciones y programas educativos son quizás las herramientas tecnológicas más veteranas en utilizarse en las aulas. Las hay de todo tipo, nivel y asignatura, y en muchos casos las desarrollan las propias editoriales de libros de texto. Sirven como refuerzo para fijar lo aprendido, ampliar información o aprender de manera más amena.
Una ampliación de esta veterana tecnología son las páginas web con recursos y aplicaciones educativas. Tienen el mismo fin, y su variedad es enorme. Muchas de ellas tienen contenidos de gran calidad a los que acceder de manera gratuita. Eso sí, en estos casos, lo más recomendable es seguir las indicaciones de los profesores sobre los contenidos online más adecuados.
Tecnologías pensadas para profesores
Dentro del hardware educativo, además de los cascos de realidad virtual o las gafas y cascos de realidad aumentada, están las pizarras digitales. Son pantalla de gran tamaño, sensibles al tacto, que se pueden utilizar en las aulas para mostrar contenidos educativos e interactuar con ellos.
Por otro lado, entre las tecnologías más específicas para profesores están los sistemas de gestión de aprendizaje, o LMS. Son plataformas que permiten a los profesores crear y gestionar materiales para los estudiantes. También se utilizan para seguir y valorar el avance de los alumnos, facilitando su trabajo, ahorrándoles tiempo y permitiendo que cuenten con datos para personalizar la enseñanza a cada uno de sus alumnos.
Las herramientas colaborativas son otra de las tecnologías que puede resultar muy útil para los alumnos, pero también para los profesores. Fomentan la comunicación y hacen que los estudiantes puedan compartir ideas, muchas veces mediante conversaciones que giran en torno a un tema. Algunos ejemplos de esta tecnología son los foros online o las salas virtuales de chat.
¿Ha llegado la hora de dar marcha atrás con la tecnología en las aulas?
Como hemos mencionado, en los últimos meses se han escuchado bastantes voces críticas con el uso de la tecnología en las aulas. En muchos casos, las protestas se han centrado no en el uso de las tecnologías que acabamos de mencionar, que en muchos casos se toman como complementos para el aprendizaje que permiten avanzar de manera personalizada y centrada en los alumnos.
Estas han ido más bien por el lado de la introducción de dispositivos móviles en la educación. El uso de smartphones, y sobre todo, de tablets, en el aula, cuentan cada vez con más detractores. Sobre todo en los casos en los que los centros educativos cobran cantidades elevadas a los padres para que los estudiantes utilicen un mismo dispositivo, con precios que llegan a estar por encima de su valor de mercado.
Las críticas aumentan cuando desaparece el papel o los libros para pasar a utilizarse únicamente un ordenador o un tablet. En muchos casos, desprenderse por completo de los sistemas tradicionales de aprendizaje lastran los avances de los alumnos. Especialmente en las primeras etapas escolares.
Al hacerlo empeoran sobre todo las habilidades de escritura y expresión escrita. También baja el nivel de retención de lo aprendido. Por tanto, en estos casos si se vería necesario dar marcha atrás, y combinar el uso de las pantallas con sistemas más tradicionales.
Otra de las tecnologías que se consideran excesivas en el aprendizaje a distancia en la educación obligatoria es la formación exclusivamente a través de videoconferencia. Obligatoria a la fuerza durante la pandemia, la educación digital a distancia ha dejado como resultado grandes lagunas en el aprendizaje de los alumnos de los primeros niveles de educación primaria, aunque los de secundaria también han sufrido las consecuencias. En los niveles superiores, las lagunas de aprendizaje han sido mucho menores.
Esto ha llevado a padres y profesores de infantil, primaria y secundaria a pedir que las clases a distancia sean un último recurso, por las particularidades que requiere la enseñanza en los primeros niveles. En los superiores, bien planteada, la enseñanza a distancia puede ser un complemento perfecto, e incluso el formato principal para el aprendizaje.
En cuanto al uso de otros sistemas y herramientas tecnológicas, siempre y cuando no se planteen como el formato principal de enseñanza, no deberían plantear excesivos problemas ni críticas. La tecnología, bien empleada como complemento de la labor de los profesores, es un medio perfecto para potenciar la educación.
Fuente: Celia Valdeolmillos / muycomputerpro.com