Al igual que a nivel empresarial, el boom de la Inteligencia Artificial generativa en la educación fue visto como un elemento pasajero. Sin embargo, su uso y apropiación en este entorno también demostró que no era sólo una tendencia, por la cual los docentes necesitan seguir actualizándose para poder atajar en las aulas su ritmo de evolución tan vertiginoso.
“Llegó para quedarse”, afirma Josué Lugo, especialista en Ciencias Sociales y Comunicación de la UNAM. No obstante, problematiza que el avance de la IA generativa ha avanzado más que la alfabetización digital de los profesores, por lo cual ve necesaria la actualización de los planes de estudio, así como de la capacitación de los profesores, debido a que se trata de “un paradigma nunca antes visto”.
De acuerdo con datos del estudio Monitor Global de Educación de Ipsos 2023 , el 65% de los participantes en todo el mundo dijeron que los profesores deberían recibir capacitación sobre cómo utilizar la IA en sus estrategias educativas. En México, el índice es mayor, con un 79%.
Al tratarse de una tecnología tan disruptiva, uno de sus principales características es que los usuarios aprenden a utilizar de forma intuitiva, lo cual da resultado a productos positivos, pero también abre la posibilidad de generar productos desinformativos o éticamente cuestionables.
Lugo, quien es investigador asociado del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), de laUNAM, señala la complejidad de que los planes de estudio en las instituciones educativas se actualicen al mismo ritmo que la evolución de la tecnología y, por lo tanto, se vuelve más importante reforzar la educación continua a través de diplomados, cursos o talleres.
Avances en la apropiación, retos para detectar plagios
Si bien existe una necesidad de actualización por parte de los profesores en torno a la IA, los estudiantes son quienes han sabido apropiarse mejor de la tecnología, lo cual también representa un reto mayor a la hora de detectar trabajos generados con IA o para establecer metodologías de trabajo a partir de este recurso.
Lugo relata que desde su experiencia como profesor universitario, las plataformas antiplagio “no funcionan (…). La IA va más rápido” e incluso ejemplifica con casos de profesores que han utilizado estas herramientas y reprueban a sus estudiantes bajo este argumento aun cuando no utilizaron IA en sus tareas.
También destaca que en universidades de Estados Unidos, principalmente, el uso de los chatbots es tan profundo que incluso se ha convertido en un problema para los docentes, pues los alumnos han encontrado la forma de hacer indetectable la incidencia de alguna IA en sus trabajos.
Según datos de un estudio de Turnitin, empresa con una herramienta para detectar trabajos hechos con IA o plagios, tan sólo en Estados Unidos se identificaron más de 22 millones de ensayos de estudiantes de secundaria a universidad en los que se utilizó esta tecnología.
Para el reporte se revisaron más de 200 millones de trabajos con la herramienta que la empresa lanzó en abril del año pasado. Del total de documentos se descubrió que 11% podía contener lenguaje escrito con IA en 20% de su contenido, mientras que 3% tenía un 80% o más de texto hecho por una IA.
Belén Correa, directora regional de Turnitin para Latinoamérica, comenta a Expansión que su detector ha ido evolucionando y ahora no se establecen juicios de valor sobre si es positivo o no que un estudiante haya utilizado IA, sino que se le dan consejos a los profesores para abordar la situación en el contexto de su clase.
“Hemos visto que las instituciones están trabajando en ajustar sus modelos de evaluación y de enseñanza, porque ya es normal la presencia de la IA y a partir de ella se pueden analizar otros aspecto, como el pensamiento crítico de los estudiantes”, afirma.
Los datos de Turnitin señalan que mientras más del 75% de los alumnos utilizan algún tipo de estas plataformas a diario, alrededor del 20% de los docentes usan estas herramientas para sus labores diarias en las aulas.
Por lo tanto, existe la oportunidad de que se conviertan en un ayudante. “Se trata de pensar qué es lo que quieres evaluar y cómo la IA tiene o no un espacio dentro de esa evaluación”, comenta. “Si quieres evaluar su capacidad de síntesis, puedes permitirles usar ChatGPT y con base en esa información, pedirles que hagan una infografía”.
Las desigualdades en torno a la IA en la educación
En el Reino Unido, el 56% de los estudiantes de entre 16 a 19 años en edad escolar o universitaria han utilizado alguna herramienta de IA para sus asignaturas, de acuerdo con datos de Deloitte.
Sin embargo, especialistas como la subdirectora general de educación de la Unesco, Stefania Giannini , han alertado sobre las desigualdades que padecen los entornos educativos del sur global.
“Mientras los países desarrollados y ricos pueden contar con una infraestructura tecnológica más sólida, así como un ecosistema de innovación que incluye al sector privado”, comenta. los países en vías de desarrollo deben hacer frente a desafíos fundamentales relacionados con los requisitos previos básicos para que la tecnología sea funcional con miras a obtener una educación de calidad”.
Para Giannini es necesario cumplir dos prioridades con la finalidad de dar el salto a la IA para todos. La primera es garantizar que las inversiones de la iniciativa privada puedan solventar los problemas de brecha digital en términos de conectividad, contenidos y capacidad.
La segunda es desarrollar las capacidades digitales de los docentes y estudiantes de forma que sean parte de sus competencias básicas hacia el futuro, “independientemente de su edad, nivel educativo y posición social”.
Fuente: Fernando Guarneros Olmos / expansion.mx