Nuestra gestión educativa actual está delineando el futuro de la educación. Frente a esto nos preguntamos: ¿Qué rol tiene la tecnología y los nuevos métodos de enseñanza en ello? Me atrevo a decir que su papel se torna fundamental y su impacto será aún mayor de lo imaginado.
La educación superior y la tecnología han logrado una convivencia exitosa producto de la crisis humanitaria más importante del mundo. Hoy, en un mundo post pandemia, surgen interrogantes que plantean ¿Cómo será la educación del futuro?
Si algo está claro es que esta educación será sin barreras, con la tecnología como aliado indiscutido, donde los límites geográficos se esfuman y la transformación digital continúa su despliegue. La educación ha dado un quiebre, podemos decir que el modelo tradicional ya no es, no existe como tal. Hoy estamos viviendo una nueva educación que, sin dudas, está planteando las bases para la educación del mañana.
Nuestra gestión educativa actual está delineando el futuro de la educación. Frente a esto nos preguntamos: ¿Qué rol tiene la tecnología y los nuevos métodos de enseñanza en ello? Me atrevo a decir que su papel se torna fundamental y su impacto será aún mayor de lo imaginado.
La tecnología no solo ha venido a mejorar las comunicaciones, para hacerlas más reales, si no que ha achicado la brecha de distancia de los vínculos que el aislamiento había provocado. Y después de enormes esfuerzos por ir mejorando para volver a encontrarnos y estar cada vez más cerca, comienza a plantear un nuevo escenario de espacios virtuales donde la educación comenzará a convivir en un futuro no tan lejano.
Estas experiencias podrían pensarse hoy integradas a los procesos de enseñanza, en un momento donde también irrumpen conceptos muy interesantes acerca de pensar en otras dimensiones donde una persona humana con identidad virtual puede también transitar y vincularse en entornos del metaverso, mundos que transitan en dimensiones paralelas con los mismos seres humanos, solo que en forma de Avatares. ¿Será esto posible en la educación superior?
En este nuevo entorno de transformación, cuando hablamos de tecnología reconocemos un sinfín de nuevas herramientas digitales, softwares, recursos multimediales, e incluso técnicas pedagógicas innovadoras que facilitan la vinculación de las instituciones con nuestros pares y nuestros alumnos, en entornos virtuales. Pero lo más importante es cómo esta tecnología se ha integrado a las prácticas de enseñanza, rompiendo el paradigma de la modernidad y la universidad clásica, acercándose como nunca a los modelos constructivistas desde lo pedagógico, transformándose y evolucionando.
Asimismo, surge el desafío de la tercera dimensión. La educación se aproxima a una nueva dimensión que ya está sucediendo en otros espacios de trabajo. ¿En qué consiste? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué es lo que nos ofrece? Todos estos interrogantes necesitan sus respuestas y la forma de conseguirlas es explorar ese nuevo espacio que hoy, aún no es real.
Así nos lo planteamos y nos desafiamos ante lo que vendrá. Explorar nuevas posibilidades y experiencias de enseñanza y aprendizaje, continuar apostando por las innovaciones tecnológicas y, por qué no, mudarse complementariamente también a la tercera dimensión.
Acá el desafío que se presenta es poder pensar en herramientas de realidad aumentada, traer al entorno de enseñanza recursos que fueran imposibles en la vida real, lograr escenarios adaptados a las disciplinas y especificidades de los cursos, o asignaturas de carreras. Poder convocar personajes de la historia y poder compartir con el espacio de realidad virtual.
Se trata de incorporar recursos 3D, y de realidad virtual a las plataformas de enseñanza, reemplazando las salas de encuentro sincrónico. Posibilitando espacios interactivos en una experiencia única y transformadora a lo conocido hasta hoy.
Es dar un paso más, comenzar a recorrer un camino que parece distinto al que conocimos, pero con sus semejanzas al que experimentamos ese mes de marzo del 2020.
Y casi como una predicción de lo que vendrá, los invito a pensar y adelantarnos al futuro donde los mundos en la virtualidad ya son una realidad, el metaverso parte de un idioma común de nuestros nativos digitales, los avatares ya comienzan a reemplazarlos en ese mundo Virtual, las identidades empiezan hoy a desarrollarse con más popularidad, los NFT ya empiezan hacer un lenguaje común no solo para nuestros adolescentes, sino en los distintos ecosistemas en que éste funciona.
Seguramente lo que estemos escribiendo en estos renglones, en pocos años serán obsoletos, pero para esto necesitamos acuerdos interinstitucionales, de universidades que estén convencidas que estos cambios han llegado para quedarse, empresas de tecnología comprometidas con una enseñanza de nivel superior que debe seguir incorporando experiencias que hagan más accesible y dinámico los procesos de enseñanza aprendizaje. Y sobre todo una gran inversión en capacitación docente que nos permita avanzar y sostener estas transformaciones.
Fuente: Pablo Navarro/ ambito.com
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