La pandemia ha acelerado el imparable proceso de digitalización y ha destapado algunas carencias, sobre todo en el ámbito educativo. Una de las cuestiones que ha puesto en relieve la llegada de la Covid-19 ha sido la disponibilidad de la tecnología suficiente para trasladar las aulas al hogar. La brecha digital se ha hecho más evidente y marcada este último año.
Cuando se acude al colegio se produce una situación entre iguales. Todos los alumnos tienen las mismas oportunidades y herramientas. Sin embargo, la pandemia obligó a eliminar toda la presencialidad y muchos niños y niñas vieron afectado su aprendizaje.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 93 % de los alumnos españoles entre 10 y 15 años puede acceder a internet, es decir, un 7 % de estos estudiantes no cuenta con un dispositivo desde el que acceder a la red.
Asimismo, Unicef y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) indican en su último informe que 2 de cada 3 niños en edad escolar en el mundo no tienen conexión a internet. Concretamente, 1.300 millones de personas de entre 3 y 17 años.
En la educación
Las consecuencias de la brecha digital
“La falta de conectividad no solo limita la capacidad de los niños y jóvenes para conectarse en línea, les impide competir en la economía moderna. Los aísla del mundo. Y en el caso de que se produzcan cierres de escuelas, como los que han sufrido actualmente millones de niños, les lleva a perder la educación”, afirma la directora ejecutiva de Unicef en el informe, Henrietta Fore.
«La falta de acceso a internet les está costando el futuro a la próxima generación».
En la misma línea, Juan Vera, el director ejecutivo de Edosoft, una empresa que ayuda a acelerar el proceso de digitalización en España, explica que esta brecha se traduce en una gran desigualdad social. “Muchos niños se han quedado sin seguir el ritmo corriente de una clase, sufren riesgo de aislarse de sus compañeros y no alcanzan las competencias básicas como las matemáticas o el uso responsable de la tecnología”, afirma Vera.
«La brecha digital puede desembocar en absentismo escolar o, aún peor, en abandono prematuro de la etapa educativa»
En España
Un año de constantes interrupciones escolares.
Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, millones de estudiantes en todo el mundo se han visto afectados por cierres de centros educativos y restricciones, lo que ha ayudado a ampliar esta brecha digital entre los más jóvenes.
Esta semana se cumple un año de la declaración del primer estado de alarma en España, el 13 de marzo, fecha en que se cerraron por primera vez los colegios. España fue el primer país europeo en cerrar y el último en abrir, a mediados de junio.
Desde entonces, ha habido unas largas vacaciones de verano y de navidad, y numerosas interrupciones por los brotes de contagios en las aulas.
Digitalización de la educación
¿Las clases a distancia han venido para quedarse?
El 2020 ha sido un año donde la tecnología fue la única herramienta capaz de salvar el sistema educativo a nivel mundial. Si la pandemia hubiese ocurrido hace un siglo, millones de estudiantes habrían perdido un año aprendizaje.
Está claro que muchos de los avances digitales que se han hecho visibles durante los meses de confinamiento han venido para quedarse, pero todos los expertos apuntan que las aulas y los profesores tienen un rol muy importante en el desarrollo de los niños en edad escolar.
En este sentido, el director de Google for Education en Europa, Oriente Medio y África del Norte, Marc Sanz, afirma que desde Google nunca han pensado en cómo enseñar a pesar del profesor, sino en cómo potenciarlo para que pueda ser mejor profesional. “El profesor es como un médico: necesita a la tecnología para hacerle una resonancia magnética a su paciente. Nosotros queremos ser el socio tecnológico del sector educativo para ayudarlo a avanzar”.
Por su parte, el director ejecutivo de Edosoft, Juan Vera, afirma que su empresa tampoco es partidaria de una digitalización total de la educación. “Cuando se digitaliza un centro, no se deben abandonar las aulas ni se debe perder el contacto humano en la enseñanza”.
En Europa
Países referentes en la digitalización educativa
Casi todos los países que han implementado un confinamiento forzoso han sufrido la brecha digital en mayor o menor medida. Sin embargo, los países que iban más avanzados con la digitalización antes de la pandemia, han tenido un proceso menos traumático.
En cambio, Los que estaban en un estado de digitalización menos avanzado han tenido muchos problemas en adaptarse o, incluso, se han quedado prácticamente bloqueados.
Según el director ejecutivo de Edosoft, Estonia ha sido una de las naciones que mejor ha abordado el proceso de digitalización en todos los niveles, y en la educación tampoco se ha quedado atrás.
Estonia, un país digitalizado al completo
Ellos ya tenían implementadas diversas estrategias como libros electrónicos o sistemas de gestión escolar que conectan a padres, alumnos y profesores. Todo ello ha facilitado que el paso a la educación a distancia haya sido uno de los más exitosos de Europa.
Tal y como indica el director de Google for Education en Europa, Oriente Medio y África del Norte, en nuestro país se ven diferencias significativas con los países nórdicos.
Países como Finlandia o Holanda tienen más autonomía a la hora de decidir cómo enseñar y coger las riendas del proceso educativo. Y, por otro lado, la actitud de estos países a la hora de tomar una decisión educativa es mucho más profesional que en España, donde se suele politizar más.
Soluciones
¿Cómo frenar la brecha digital en la educación?
En el caso de España, según indica el director ejecutivo de Edosoft, “la clave radica en lleva a cabo iniciativas entre el sector público y el privado, que redunden en una correcta democratización de la educación y que, además, sea de calidad”.
El experto en digitalización cree que las instituciones públicas deben colaborar con las las grandes empresas de telecomunicaciones para facilitar el acceso a Internet a cualquier parte del país.
Otra propuesta de Juan Vera es la realización de políticas de cesión o préstamos de dispositivos como Chromebooks for Education dentro de un centro. Estos ordenadores pueden estar controlados en un entorno seguro, limitando su uso a aplicaciones educativas, al igual que la navegación por Internet.
Por último, recomienda buscar ayuda en aquellas entidades que trabajan para reducir el impacto que la brecha digital puede llegar a tener en la educación. Save The Children, por ejemplo, ha proporcionado tabletas y tarjetas Wi-Fi en varias zonas de nuestro país.
Fuente: lavanguardia.com