El uso que hacemos del ‘Social Media’ tiene influencia directa en nuestra salud mental. Para poder disfrutar de sus beneficios, primero debemos ser conscientes de los riesgos.
El uso de las redes sociales va en aumento. Hoy por hoy, según los datos facilitados por el último estudio de We are Social con la herramienta Hootsuite, más de la mitad de la población mundial, el 53%, está conectada a Internet, y la mayoría es usuaria o usuario activo de redes sociales, colectivo que ha aumentado un 14% desde el año pasado. Gran parte de ese grupo accede a sus redes sociales favoritas por el móvil, e incluso hay regiones o países donde hay más dispositivos que usuarios.
En el estudio se pueden consultar los datos específicos de cada país, así como estadísticas por continentes. En la siguiente infografía se ofrece un resumen de los datos globales sobre uso de los medios.
Aunque Facebook sigue siendo la red social más utilizada a nivel mundial con más de 2.000 millones de usuarias y usuarios activos mensualmente, Instagram ya dobla en usuarios activos a Twitter. Siguiendo a YouTube, es la tercera en la lista con 800 millones de usuarios activos. En el caso de España, Instagram es la red social que más usuarios nuevos atrae, los cuales pertenecen a la generación millennial, ya que el 65% de ellas y ellos tiene entre 18 y 39 años.
Instagram es la red social que más usuarios nuevos atrae, los cuales pertenecen a la generación millennial
Influencia de las redes sociales en nuestro comportamiento
Debido a ello, los flujos comunicativos se mimetizan con el funcionamiento de las redes sociales y las adquirimos como propias, haciendo que las interacciones actuales con otros usuarios sean a través de imágenes, así como mediante mensajes efímeros como los stories, función que Facebook ha incluido ya en su interfaz y pronto veremos en las búsquedas de Google. Usuarios actúan y programadores adaptan, interacción que deriva a una constante evolución tecnológica.
No solo eso, las redes sociales se han convertido en el escaparate de las personas, siendo estas decisivas para determinar nuestra aceptación social. De ahí que las valoraciones tanto de experiencias como de productos sean buenas o malas en función de la popularidad que tengan en la red. También que cada vez sea más importante que un actor o actriz tenga más seguidores en las redes sociales antes que su propio talento, formación o experiencia en el sector. En este post el escritor Roy Galán denuncia los requisitos que hace unos días pedían en un casting de Madrid: “actriz de 17 a 22 años que tenga al menos 80.000 seguidores en Instagram o que sea influencer”.
Efectos psicológicos
En el caso específico del público adolescente, cuya máxima preocupación es la aceptación de sus pares, los likes, vitaminas para la autoestima, pueden llegar a ser muy peligrosos. Estudian cada publicación para que consiga una mayor cantidad de likes, al fin y al cabo, la máxima aprobación por parte de su red. Se puede poner en duda, por tanto, que lo que proyectan sea una imagen real o, por el contrario, lo que la gente quiere que sean, lo cual incide negativamente en la creación de la identidad del adolescente.
Es importante concienciar sobre la importancia del buen uso de las redes. No solo a los más jóvenes o activos, sino que a toda la comunidad.
Asimismo, si quien tiene más followers es más popular, su autoestima depende de la valoración ajena, cuando debería ser una o uno mismo la o el responsable de reforzarla. Esa dependencia, por consiguiente, puede generar ansiedad, depresión, intimidación y miedo a perderse algo. Por si eso fuera poco, aquellos problemas que surgen fuera de las redes también se han perpetrado dentro. Hablamos del ciberbullying, sexting o grooming, entre otros.
Frente a esta situación, es importante concienciar sobre la importancia del buen uso de las redes. No solo a los más jóvenes o activos, sino que a toda la comunidad, para que cada uno desde su posición, recupere el control sobre los medios y su propia persona. Solo de ese modo aprovecharemos los aspectos positivos que nos ofrecen.
Con este objetivo, Orange ha lanzado la campaña “por un uso Love de la tecnología”, desarrollada por Comunica+A, donde luchan contra la “dictadura de los likes”, el cibercontrol, así como el uso del móvil al volante. En cada temática ofrecen información y consejos prácticos para un uso responsable de la tecnología por parte de todas y todos. El siguiente vídeo pertenece a la materia del sexting.
Soluciones
La cuestión de la adicción es difícil de abordar y aún no se ha tomado una medida unificada. Ejemplo de ello son las leyes propias de cada país, como el caso de Francia, que ha prohibido el uso del móvil en el aula con el fin de evitar conductas peligrosas y promover un mejor rendimiento en las aulas. Por otro lado, proliferan iniciativas de fact checking para hacer frente a las fake news. Hay también profesionales que apelan la necesidad de poner filtros o límites al uso excesivo de las redes sociales, especialmente en Instagram, red que se considera la más peligrosa para la salud mental de las y los más jóvenes, según datos del estudio Status Of Mind del Reino Unido.
Así las cosas, Google e IOS ya han introducido en sus nuevas actualizaciones la opción de control de uso. Estas herramientas miden el tiempo que pasamos frente al móvil en general o concretamente en una red social, asimismo, establecen límites de tiempo de uso a cada aplicación. Siguiendo con el diseño de software, hoy en día cada vez son más las empresas que apuestan por un grupo heterogéneo que, además de disponer de personal técnico, también está formado por profesionales de la sociología, filosofía o psicología, los cuales se preocupan por la salud mental de los y las usuarias, especialmente de la juventud.
Por otra parte, en cuanto a aspectos más relacionados con los estándares de belleza que venden los medios, la comunidad activa en redes sociales está haciéndose escuchar más y más a través de movimientos que reivindican los cuerpos reales que normalmente se esconden detrás de filtros o retoques.
Y es que la dimensión del social media también puede aportar beneficios a la hora de fortalecer nuestra identidad, solo hace falta saber hacer un buen uso de ello y para eso es imprescindible la concienciación. No somos ordenadores, somos personas, y para que funcionemos bien, es crucial el equilibrio emocional. Usemos la tecnología de manera responsable para ser la mejor versión de nosotras y nosotros mismos, sin olvidar que todo ello es parte de un contexto, de unas personas y de unos cuerpos de los cuales debemos seguir poseyendo el control.
Fuente: We Are Social