En un mundo cada vez más digitalizado, donde las redes sociales como Instagram, YouTube y TikTok dominan la interacción diaria de los jóvenes y estudiantes, surge una pregunta: ¿es necesario formar a los futuros docentes en un uso profesional de estas plataformas?
En nuestro reciente estudio hemos podido observar una desconexión clara entre el uso social y el uso profesional de las plataformas digitales entre los estudiantes de Educación. Tras encuestar a 231 estudiantes de programas de Educación en España, pudimos comprobar que las redes sociales son herramientas subestimadas en el ámbito académico.
En primer lugar, los propios profesores son reticentes a hacer uso de estas herramientas en su repertorio didáctico. La mayoría de las alumnas que fueron entrevistadas nos confirmaron que no habían realizado ninguna actividad en torno a redes sociales.
“De momento no, no me ha pasado. Lo más cercano es un proyecto que tuvimos hace tiempo, pero no era de redes sociales en sí, porque había que utilizar YouTube. No sé si cuenta como red social porque era el análisis de una película de infantil. Entonces, era ver la película y hacer un análisis posterior.”
¿Debería formar parte del curriculum?
Los estudiantes, futuros docentes, usan Instagram y YouTube para consumir contenido de entretenimiento o buscar inspiración; apenas usan plataformas como LinkedIn o Facebook, que podrían potenciar el aprendizaje profesional. Tampoco las consideran herramientas clave para mejorar su formación. A pesar de ello, no se cierran a participar de este tipo de dinámicas.
“Me parece bien, me parece que es una forma de seguir aprendiendo de una forma distinta y en la que podemos interactuar con personas y con perfiles que, aunque aún no conociéndolos, tienen cosas en común con nosotros y podemos aprender unos de otros”. (Respuesta de una de las entrevistadas a la pregunta de qué les parecería que los docentes diseñásemos actividades donde se integren las redes sociales).
Redes que construyen comunidades
En las redes sociales es posible crear comunidades de aprendizaje dinámicas donde los docentes pueden conectarse entre sí, compartir recursos y apoyarse mutuamente. Estudios previos han demostrado que las redes sociales, cuando se utilizan adecuadamente, pueden fomentar la colaboración y la construcción de relaciones profesionales duraderas.
Los futuros docentes no reciben formación específica en el uso de redes sociales para el desarrollo profesional. Están familiarizados con el uso recreativo de las redes, pero no conocen la manera de explotarlas como una fuente de conocimiento o como un espacio para el intercambio profesional. Como resultado, las redes sociales se perciben más como un lugar de ocio que como un recurso educativo.
Un recurso infrautilizado
Desde el punto de vista académico, los resultados del estudio revelan una oportunidad claramente desaprovechada. Las redes sociales tienen potencial para el aprendizaje colaborativo, la creación de redes profesionales y el desarrollo del aprendizaje autónomo. Plataformas como Instagram, YouTube e incluso TikTok pueden aplicarse en los programas de estudio para compartir con los estudiantes recursos educativos, comunicarnos con ellos e, incluso, generar actividades y debates tanto dentro como fuera del aula universitaria.
En el aula del siglo XXI, un docente bien preparado no puede limitarse a lo que ocurre dentro de las paredes de la escuela; debe también dirigir su atención hacia los espacios donde otros docentes ya están interactuando en el plano profesional: las redes sociales.
Formar a los docentes en la era digital
Para adaptar los programas de formación a la realidad digital en la que vivimos no basta con añadir redes sociales al currículum; es necesario capacitar a los profesores para que formen a los futuros docentes en el uso inteligente y estratégico de estas herramientas.
La clave está en promover una alfabetización digital crítica, donde los estudiantes no solo consuman información, sino que sean capaces de evaluar fuentes, crear contenidos educativos innovadores y participar activamente en comunidades de aprendizaje en línea como la que día a día aporta conocimiento, experiencias y recursos a docentes de toda España: el #claustrovirtual.
La clave no está solo en enseñar a usar redes sociales, sino en formar a futuros profesionales que sepan liderar el aprendizaje en un mundo digital. El aula del futuro no tiene paredes, está en la red, en cada clic, en cada conexión. Ahora es el momento de actuar, de repensar cómo preparamos a los educadores del mañana.
Fuente: Paula Marcelo-Martínez, Carmen Yot Dominguez y Cristina Yanes Cabrera / theconversation.com