El ritmo medio en la educación tradicional tiene la complejidad de que no logra satisfacer las necesidades de todos los estudiantes por igual.
En el futuro próximo, la educación requerirá de una transformación digital tan relevante como la que se está desarrollando en otros ámbitos como el empresarial y este proceso deberá estar apalancado por el uso de herramientas tecnológicas, mismas que han tenido un importante desarrollo gracias a las condiciones de confinamiento y clases en línea.
De acuerdo con Javier Arroyo, cofundador de Smartick, una plataforma digital de aprendizaje en matemáticas, la adopción digital ha avanzado en el sector educativo, debido a que se han diluido los temores en torno a ella, a causa de la familiarización con conceptos como clases online, chats, gamificación o aplicaciones didácticas, que antes eran minoritarios.
En este sentido describe que la pandemia generó “un gran proyecto piloto” que de otro modo no se hubiese realizado, además de que supuso tanto para alumnos, educadores y familias “un curso intensivo y acelerado en el manejo de herramientas digitales y en un entorno 100% virtual”.
Para el especialista, entregar experiencias digitales en la educación es relevante, pues incide en “la motivación de los estudiantes, contribuye al trabajo en equipo y flexibiliza la enseñanza”.
Sin embargo, un punto medular dentro de este panorama es que puede ayudar a personalizar el aprendizaje, lo cual es de suma importancia pues permite que los estudiantes avancen a su ritmo, principalmente en ámbitos complejos como las matemáticas.
Acerca de este concepto también ha hablado el profesor para la innovación educativa en la Universidad Estatal de Arizona, Rafael Rangel Sostmann , quien en una charla organizada por Dell resaltó que en los actuales procesos de enseñanza “se asume que todos los estudiantes son iguales”.
Si bien el sistema educativo tradicional es fundamental para el desarrollo social de los niños, menciona Arroyo, se debe tener en cuenta que todos los estudiantes que se reúnen en un solo salón tienen diferentes habilidades, capacidades y niveles de aprendizaje por lo que se establece un ritmo medio, mismo que no satisface a todos por igual.
En este sentido, hacer uso de herramientas tecnológicas puede ser un diferenciador para los docentes, pues además de facilitar su labor de enseñanza, les permiten dedicar tiempo a transmitir los conocimientos y experiencias de una forma más individualizada.
De acuerdo con datos de un estudio de Qustodio, la descarga de las aplicaciones relacionadas con el aprendizaje creció un 105% en marzo del año pasado, lo cual representó un incremento del 25% si se compara con las cifras del verano anterior, además de que es una muestra del interés por las herramientas virtuales.
A pesar de que puede ser complicado implementar modelos de aprendizaje basados en tecnología, según un estudio realizado por Smartick a 400 padres y madres de familia en Latinoamérica, el 97% dijo estar de acuerdo en que el sistema educativo debería replantearse para dotar de más herramientas digitales tanto a alumnos como a profesores.
La postura de los alumnos también es relevante, pues según la encuesta mundial sobre el impacto de la transformación digital en la educación, realizada por D2L, reveló que al adoptar un enfoque dirigido por los estudiantes para la transformación digital, las instituciones demostraron flexibilidad sin comprometer sus objetivos educativos.
El 56% de los encuestados citaron que el aspecto más importante de un sistema de aprendizaje en línea es tener formas flexibles de enseñar e involucrar a los estudiantes, así como tener herramientas para personalizar el aprendizaje.
No obstante, aún existen obstáculos para la educación en línea. El más citado, según el informe, es que en México se dificulta tener acceso de los estudiantes a internet y dispositivos digitales, seguido de falta de recursos e infraestructura (35%).
Al respecto, Arroyo puntualiza que son necesarios otros factores para transformar la educación en un ecosistema virtual de manera exitosa, como el diseño de un plan de herramientas eficaces y funcionales que empoderen a los alumnos a tomar responsabilidad de su propio aprendizaje.
Esto, refiere el especialista, no quiere decir que se reemplace la figura del profesor, sino que se modifique su rol hacia ser gestores del conocimiento en las aulas, así como “un cambio de paradigma en el aprendizaje por parte de los estudiantes”, lo cual implica desarrollar su capacidad de diferenciar las buenas fuentes, seleccionar contenidos e incrementar la capacidad de atención debido a los múltiples estímulos que reciben.
Fuente: Fernando Guarneros Olmos/expansion.mx
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