Una de las habilidades laborales que se les exigirá a nuestros hijos en un futuro son las competencias digitales; esto es, entender la tecnología que les rodea, saber adaptarse a sus continuos cambios, tener los conocimientos necesarios para manejarla, y entender cómo afecta a los negocios y cómo servirse de ella para desempeñar su trabajo.
Sin embargo, según el ‘Monitor de Educación y Formación’ de la Comisión Europea, más del 15% de los alumnos carece de las competencias digitales apropiadas, por lo que cada vez son más las familias y colegios concienciados con la importancia de ofrecer a los niños y adolescentes una correcta educación tecnológica.
Hemos hablado de todo ello con Diana González, profesora en la Universidad de Navarra y experta en comunicación digital responsable e identidad digital. Diana considera que el aprendizaje tecnológico de nuestros hijos es fundamental, pero debe hacerse de forma responsable y siempre con el acompañamiento y supervisión de los adultos.
Los niños son ‘nativos digitales’, pero no nacen sabiendo cómo hacer un buen uso de las TIC
Desde hace unos años nuestros hijos están llegando a un mundo dominado por la tecnología. En casa nos ven utilizar el móvil, la tablet o el ordenador a todas horas, y cada vez son más los colegios que deciden incluir iPads y pantallas digitales en sus aulas.
Pero los niños no nacen con los conocimientos aprendidos sobre cómo hacer un buen uso de las TIC, por lo que Diana incide en la importancia de desarrollar las competencias digitales de nuestros hijos de forma responsable, enseñándoles cómo la tecnología, utilizada de forma segura, puede sernos de gran utilidad a la hora de trabajar, conectarnos con otras personas, planificar nuestro tiempo o divertirnos.
Pero la tecnología no solo debe enseñarse en el seno familiar, sino también en las escuelas. De hecho, muchas de las actividades que hacen los niños en los colegios implican desarrollar competencias digitales; desde buscar información en Internet, hasta elaborar un trabajo o presentación con ayuda de vídeos e imágenes que encontramos en la red.
«Es necesario que los profesores sepan identificar los momentos clave de aprendizaje digital para ir introducir píldoras conscientes sobre estos temas. Por ejemplo, si los alumnos deben enviar al profesor un trabajo por email, desde el colegio se debe ofrecer previamente una charla sobre contraseñas seguras y netiquetas, o si se va a hacer un festival de fin de curso, aprovechar para hablar sobre la privacidad y la importancia de no compartirlo en redes sociales sin consentimiento»
«En resumen, las competencias digitales son transversales, por lo que deben cuidarse y complementarse tanto en el ámbito familiar como en las escuelas», resume la experta.
Las habilidades digitales básicas que todo niño debería aprender
Aunque hay familias y colegios que optan por alejar a los niños de la tecnología mientras son pequeños, son muchos los expertos que consideran errónea esta decisión, pues la tecnología por sí misma no solo no es mala, sino que puede aportar grandes beneficios siempre que se utilice de manera apropiada y moderada.
Así, por ejemplo, los padres podemos comenzar a enseñar a nuestros hijos desde que son pequeños actividades digitales como hacer la compra de manera online, contratar las vacaciones o hablar con familiares y amigos por videoconferencia, uno de los planes de ocio preferidos en el último año y que ha permitido a las familias seguir unidas a pesar de las circunstancias que vivimos.
«Podemos aprovechar este tipo de actividades cotidianas para realizarlas con nuestros hijos, y así irlos educando poco a poco en competencias digitales», apunta Diana.
A medida que los niños se adentran en la adolescencia comenzarán a hacer un uso más intensivo de la tecnología, pudiendo provocar situaciones comprometidas o críticas que les afecten a ellos o a los demás si no tienen los conocimientos apropiados.
En este sentido, la experta no solo recomienda a los padres y profesores educar a los adolescentes en el uso correcto de las TIC -o al menos saber dónde buscar de forma segura la información técnica cuando no tenemos el suficiente conocimiento-, sino sobre todo guiarles y acompañarles a nivel emocional, interesándonos por cómo se sienten cuando usan las pantallas, leen una determinada noticia, comparten contenidos o hablan con sus amigos.
«Atender y acompañar emocionalmente a los adolescentes cuando utilizan la tecnología no solo les permitirá tomar conciencia sobre la importancia de hacer un uso responsable y seguro, sino también de respetar a los demás, evitar el ciberacoso, detectar las fake news y frenar su propagación, respetar la privacidad propia y ajena, desarrollar su identidad digital…»
«Y para educar en emociones a nuestros hijos cuando hagan uso de las TIC no es necesario ser expertos en tecnología, sino simplemente trabajar desde los valores»
¿Cómo benefician las competencias digitales al aprendizaje del niño?
Cuando hablamos de educación digital en los colegios, son muchos los expertos que afirman que el uso de las TIC en el aula fomenta la motivación de los alumnos y aumenta sus ganas de aprender, reduciendo las cifras de fracaso escolar.
Y es que aprender mediante el uso de la tecnología permite al alumno todo un abanico de posibilidades, que van desde los clásicos blogs o webs profesionales, hasta podcast, vídeos, contenido interactivo, libros digitales, robótica educativa, programación…
Otras de las ventajas en el aprendizaje que tiene para el niño desarrollar competencias digitales, sería el fomento de la creatividad y el espíritu crítico, poder desarrollar mejor su autonomía, tener flexibilidad a la hora de trabajar y favorecer la comunicación con sus profesores.
«Un buen uso de herramientas digitales puede favorecer un lenguaje educativo más cercano a los intereses de los menores, muy familiarizados con el entorno digital. Además, les permite convertirse en creadores de su propia educación, y no solo en meros observadores. Aprender a programar, por ejemplo, añade además otras capacidad importantes para la vida, como la toma de decisiones, la lógica o la creatividad» – apunta Diana González.
Pero no solo las herramientas digitales ayudan a los estudiantes, sino también a los profesores, pues les permiten crear y difundir contenidos propios, individualizar contenidos en función de las necesidades de cada niño, y comunicarse de una forma más personalizada con sus alumnos.
Fuente: bebesymas.com