Existen diversas teorías de aprendizaje y enfoques pedagógicos sobre las cuales se apoya la tecnología educativa. Las tecnologías han influido en los procesos educativos tanto de la educación en modalidad presencial, educación en línea, así como las formas de comunicación entre los actores educativos. Estos hechos permiten nuevas formas de interacción, así como una oportunidad de responder ante las necesidades que demanda la sociedad, mediante su inclusión en la planificación curricular.
Según la Unesco (1992), la tecnología educativa consiste en el modo sistemático de concebir, aplicar y evaluar el conjunto de procesos de enseñanza y aprendizaje, reconociendo los recursos técnicos y humanos y las interacciones entre ellos. Por ello, la tecnología educativa, se puede considerar como una disciplina integradora, viva, polisémica, contradictoria y significativa de la educación, que ha sido concebida como el uso para fines educativos de los medios nacidos de la revolución de las comunicaciones, como los medios audiovisuales, televisión, ordenadores y otros tipos de hardware y software.
Por otra parte, la ética como constructo social que regula la conducta de los individuos en un contexto dado como resultado de la praxis moral que responde a un momento histórico concreto, constituye el modelo referencial de la moral. El papel de los valores y del acto valorativo en la educación en tecnología es indiscutible. Los juicios de valor acerca de las necesidades y requerimientos humanos, de lo que es posible y útil en las soluciones y su impacto en el ambiente, son aspectos relevantes como estrategia para «detectar» núcleos valorativos en tecnología, Leyton et ál. (1994) sugiere tomar en cuenta cuatro campos claves:
a) Adopción de tecnología. Su fin es analizar la pertinencia o no de la adopción de una tecnología, lo cual no debe depender exclusivamente de factores técnicos internos. El carácter adecuado y apropiado del producto en un determinado contexto social debe ser también un elemento prioritario en la toma de decisiones.
b) La obsolescencia o de la tecnología. Tiene como propósito revisar los impactos de la tecnología cuando esta se convierte en disfuncional dentro de un contexto cultural, es decir, cuando «los valores implícitos en la tecnología ya no son congruentes con los valores contextuales dominantes».
c) La transferencia de tecnología. Implica un marco de reflexión sobre la problemática del trasplante de soluciones tecnológicas, válidas en un contexto, pero no en otro.
d) La equidad de género en tecnología. Es una cuarta perspectiva que ayuda a hacer visibles los valores de género implícitos, por ejemplo, en los estereotipos de las actividades tecnológicas para niños y niñas (la madera y el metal se asocian con los niños; los alimentos y los textiles con las niñas).
Por ello, las actividades de identificación, análisis, proyección y producción de instrumentos tecnológicos requieren constantemente poner en juego el potencial valorativo de todos los agentes que intervienen en el ambiente tecnológico escolar. Seleccionar y usar los materiales adecuados, identificar la función tecnológica de los operadores, mejorar el funcionamiento de los artefactos, usar cuidadosamente equipos, materiales y herramientas, determinar niveles de acabado en los trabajos tanto en lo estético como en lo formal, fomentar la equidad de género, reconocer las ventajas y desventajas técnicas de los artefactos, preservar el aspecto ecológico en la producción de los instrumentos, trabajar en equipo y respetar el criterio de solución planteado por los otros a los problemas tecnológicos, son algunas de las actividades con un contenido profundamente valorativo que se ponen en acción dentro del trabajo concreto en tecnología en la escuela.
Por tanto, la creatividad en el ser humano ha sido poco estimulada desde la educación. Los sistemas educativos vigentes todavía siguen manteniendo el modelo educativo tradicional, y con ello han limitado el potencial del ser humano ocupándose solo de la trasmisión de conocimiento. Por el contrario, un docente creativo e innovador es la pieza clave que debe priorizar en los sistemas educativos, para impulsar el proceso de enseñanza y con ello garantizar los cambios en la nueva sociedad, muestra de ello lo vemos en novedosos avances como la neurociencia, la biología y la física cuántica. El ser creativo ya tendría que ser considerado un derecho humano básico universal para todos. En educación un profesor creativo se convertirá en un generador de cambios, de innovación y de estimulación del aprendizaje en sus estudiantes, un profesor mediador; capaz de vincular asertivamente la creatividad digital que desarrolle habilidades en los alumnos para acceder al conocimiento eficazmente a través de diversas estrategias en los procesos de enseñanza.
Incorporar el desarrollo de la creatividad digital en el ámbito del currículo escolar como parte de las competencias funcionales del siglo XXI coexiste con la necesidad de un pensamiento policéntrico. Hay que estudiar e investigar la valoración de la tecnología en el pensamiento educativo.
Fuente: Pensar Educativo/elnacional.com