Imagen: Chica realizando una clase online desde el salón de su casa/
Los contenidos digitales ganan terreno a los analógicos
La pandemia del coronavirus ha significado un antes y un después en nuestra manera de vivir. El covid ha redefinido muchas esferas de nuestra sociedad y ha obligado a acelerar muchos procesos que ya habían comenzado a producirse.
Un claro ejemplo de esto es el traslado del mundo de la educación de un contexto presencial y analógico a otro digital y a distancia. Según la UNESCO, este cambio afectó al 94% del alumnado a nivel mundial.
Cuando se decretó el primer confinamiento duro, muchas instituciones educativas tuvieron que improvisar soluciones imaginativas para poder continuar con su actividad de manera remota, dando clases a distancia.
El profesor de matemáticas en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Pere Cruells, explica cómo se vivió este proceso: “Cuando todo empezó, nos pensábamos que serían 15 días. En nuestras asignaturas ya contábamos con una gran cantidad de materiales en el Campus Virtual. Ahora bien, cuando vimos que la cosa se alargaba, nos tuvimos que poner las pilas para completarlos y suplir las clases presenciales”.
La universidad optó por empezar a impartir las clases a través de videoconferencia e ideó un sistema para usar tablets como pizarras digitales. Además, los exámenes se realizaron a través de cuestionarios en línea de WirisQuizzes.
“Creo que salvamos la situación relativamente bien, el curso fue bien. Algunos alumnos se quejaron de que habíamos tardado en reaccionar, pero fue culpa de presuponer que la pandemia no duraría tanto”, indica Cruells. “En poco tiempo la UPC dejó en préstamo tablets a los profesores que no tenían y preparó cursos online para formar a los profesores sobre cómo impartir docencia a distancia”, añade.
Herramientas que han llegado para quedarse
Una vez los centros educativos volvieron a la presencialidad o semipresencialidad, algunas de las dinámicas adoptadas en la pandemia se han mantenido.
“Hemos recuperado un poco la esencia de siempre, pero como ha habido varios miembros del alumnado que han dado positivo o se han tenido que confinar, hemos seguido emitiendo las clases por internet y poniéndolas a disposición posteriormente en el Campus Virtual” relata Cruells.
Otras herramientas, como los mencionados WirisQuizzes, también se han mantenido tras el retorno del alumnado a las aulas. “Teníamos muy buena experiencia con este tipo de cuestionarios y ahora los hemos mejorado. Nos permiten hacer exámenes aleatorios y autocorregibles de la misma dificultad para todo el alumnado”, describe el profesor de la UPC.
Según un estudio elaborado por la plataforma educativa Kahoot!, tres de cada cuatro profesores creen que sus estudiantes sacaron algo positivo del aprendizaje virtual.
De la misma manera, las reuniones entre profesores o las propias tutorías entre alumnado y equipo docente continúan realizándose a distancia a través de diferentes aplicaciones de videoconferencia.
Pese a hacer uso de muchas de las ventajas y herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías, Pere Cruells mantiene que se debe mantener la esencia de la educación presencial. “Cuando tienes al alumnado delante, te das cuenta de si te están siguiendo o no. Puedes interactuar más fácilmente con ellos. Cuando doy las clases en línea, la sensación no es así. Creo que la interacción es necesaria”, detalla.
Esto converge con la opinión mayoritaria de los docentes en España, según el informe Volvemos a clase. El impacto del confinamiento en la educación elaborado por La Fundación SM, el 90% del profesorado valora que se aprende más en el centro educativo que a distancia.
Fuente: lavanguardia.com