¿Contamos con el mindset para ofrecer estas alternativas en los espacios laborales? ¿Puede ser un entorno de aprendizaje posible en el mundo de las organizaciones?
La pandemia aceleró el aprendizaje virtual, pero no todas las organizaciones contaban con las herramientas correctas para administrarlo y las personas con el mindset para poder abordarlo.
La educación virtual conquistó los escenarios dejando un desafío para quienes diseñan programas educativos. Cuándo utilizar la educación virtual, cuándo ir por un esquema blend o híbrido y cuándo es beneficioso abordarlo desde lo presencial. A estas preguntas, que ya resultaban complejas en sí mismas, se sumó un nuevo abordaje: ¿puede ser el Metaverso un entorno de aprendizaje posible en el mundo de las organizaciones?
El nuevo concepto de Metaverso -recientemente propuesto por Mark Zuckerberg- conlleva una serie de cambios sociales que van más allá del entretenimiento o el desarrollo de tecnología. Este término, que proviene de la novela de ciencia ficción Snow Crash, escrita por Neal Stephenson, da cuenta de una experiencia inmersiva y multisensorial en el uso de dispositivos y desarrollos tecnológicos en un ambiente digital. Consiste en entornos donde los humanos interactúan social y económicamente como avatares, en un ciberespacio, el que actúa como una metáfora del mundo real, pero sin las limitaciones físicas o económicas allí impuestas.
Pensando en la formación dentro de las organizaciones, ¿cuáles son las ventajas del Metaverso que podrían ser aprovechadas?
– Estimula la innovación a través del aprendizaje experimental: un aspecto interesante en el metaverso es que los participantes pueden experimentar lo real en un mundo digital, lo que resulta en la reducción de la brecha entre una experiencia virtual y real. Esto genera un ecosistema que facilita la innovación y aumenta el mindset de transformación.
– Construye criterio de realidad: ofrece experiencias más parecidas a la vida real que la formación actual de realidad virtual o realidad aumentada posibilitando un entorno más cercano.
– Favorece el aprendizaje del error: ofrece una alternativa segura para que los alumnos practiquen y fallen mientras aprenden.
– Favorece la creación de ecosistemas de aprendizaje y comunidades digitales: el metaverso actuará como punto de encuentro entre personas, procesos y situaciones, generando puentes en las distintas localizaciones geográficas. Al combinar el metaverso y el aprendizaje, veremos una mayor adopción de centros de aprendizaje, herramientas de apoyo al aprendizaje y al rendimiento, y vías de aprendizaje personalizadas. Estos enfoques anclarán firmemente la formación continua como una estrategia fundamental para todas las organizaciones centradas en el aprendizaje.
¿Cómo podría funcionar el Metaverso en prácticas organizacionales?
– Prácticas en laboratorio: con aplicaciones de simuladores que ya existen hoy en día y que pueden ser usados en este entorno.
– La asistencia a eventos masivos: Open Space, Foros, Hackathon, congresos.
– Visitas empresas, plantas, sectores específicos creados con ese fin.
– Reuniones de trabajo o de estudio para compartir ideas y plasmarlas sobre documentos digitales.
– Desde el aprendizaje inmersivo con plataformas de realidad aumentada, realidad virtual y gamificación.
Tenemos el desafío de construir e instaurar en las organizaciones una cultura de aprendizaje habilitadora del Metaverso. Más allá de las herramientas digitales y tecnológicas que tenemos a disposición, contar con una plataforma que habilite el mindset de learnability (entendida como la capacidad de aprender a aprender, y considerada la competencia más potente del futuro del trabajo) es clave para que estas iniciativas orientadas a la innovación en el aprendizaje se desarrollen.
Las tecnologías no paran su desarrollo. Desafían sus paradigmas cada día y convierten en realidad lo que proyectan. Pero llega el momento de preguntarnos, más allá de la infraestructura tecnológica: ¿contamos en las organizaciones con el mindset para ofrecer estas alternativas en los espacios laborales? ¿Logramos construir un paradigma cultural que alojen al “metaverso” como variable de aprendizaje? ¿Los sistemas de liderazgo, habilitan un sistema de aprendizaje autónomo y en red? ¿Las distintas generaciones encontrarán una sostenibilidad en estas alternativas formativas?
Tenemos la responsabilidad de formarnos para construir un pensamiento crítico, autónomo e innovador para tomar las mejores decisiones del futuro del trabajo, concibiendo al aprendizaje como el mayor recurso renovable que contamos hoy para dar respuesta a la transformación.
Fuente: Virginia Borrajo/ infobae.com