A sus 13 años, Luis Eduardo lo tiene claro: quiere trabajar en la NASA para construir robots que vayan al espacio.
“Me gustaría ir a Londres, en la Universidad de Oxford. Allí enseñan todo sobre la astrofísica para trabajar en la NASA”, dice Luis Eduardo, estudiante de primero de secundaria, en entrevista con CNN.
Él mismo investigó algunas universidades con programas de robótica. Y esto no surgió de la nada, sino de su gusto desde pequeño por las matemáticas y, un poco después, por la programación.
Las matemáticas son su asignatura favorita de la escuela desde que inició la educación primaria, cuenta Luis Eduardo. Esto lo llevó a saber sobre algo llamado programación.
“Por lo mismo de que me gustaban las matemáticas, desde pequeño quería aprender sobre robótica. Entonces, mi mamá investigó y encontró cursos” de programación, dice.
Programación y robótica, disciplinas que en otros tiempos eran futuristas, hoy ya son parte de un contexto donde se prioriza la enseñanza de estas habilidades desde edades tempranas, señalaron expertos a CNN. No obstante, añadieron que aún faltan muchos vacíos por cubrir para volver accesible este tipo de programas educativos.
Programación, un ámbito de posibilidades múltiples
Los cursos a los que se refiere Luis Eduardo son de Robotix, una organización mexicana que impulsa la educación de niños y niñas por medio de la robótica y las STEM (acrónimo que se refiere, en español, a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
En estos cursos, por ejemplo, el niño de 13 años ha armado y programado robots con Legos para que levanten cosas y detecten objetos.
Y no es lo único. La programación, que según Roberto Saint Martin, director de Robotix, lleva gestándose como una tendencia desde hace 30 años a nivel global y hace alrededor de 15 en México, abre posibilidades en diversos campos.
“La posibilidad de que el alumno o alumna haga su propia página de Internet, la posibilidad de que haga su propia app, la posibilidad de que haga un elemento electrónico que podría ser un radio (…) o ayudarlo a que haga un droide de la película de Star Wars”, menciona Sain Martin a CNN.
O la posibilidad, también, de crear tu propio videojuego. Luis Eduardo quiere combinar su gusto por la robótica y el espacio exterior no solo para construir los próximos Curiosity o Perseverance, sino para programar videojuegos de mundo abierto “donde el jugador pudiera elegir sus propias aventuras, como poder viajar a otros planetas y descubrir nuevos”, dice.
El futuro que ya nos alcanzó
El alumno de primero de secundaria ve la programación como un pasatiempo en estos momentos; sin embargo, es una de las habilidades que tendrá un gran impacto en el futuro cercano.
Según el Informe sobre el Futuro de los Empleos 2020 del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), la programación es una de las 10 habilidades emergentes en el mercado laboral para los siguientes cinco años.
«Con la masiva aceleración del cambio tecnológico, estimamos que el mercado laboral mundial puede absorber aproximadamente 150 millones de nuevos empleos tecnológicos durante los próximos cinco años. Y muchos otros trabajos tradicionales se convertirán en ‘trabajos tecnológicos’, que requerirán que los empleados que los ocupen tengan más habilidades digitales», señala el WEF.
Asimismo, la programación es, además de una habilidad emergente para el mundo laboral, una forma de causar un impacto en la sociedad, por ejemplo, desde los videojuegos, explica el director de Robotix.
«En una cultura amplia y difundida de los videojuegos (…), una de las formas que las niñas y niños tienen hoy (para generar un impacto) es no nada más ser usuarios de los videojuegos, sino también ser partícipes de hacer su propio videojuego”, menciona.
Videojuegos: despertar el interés para crearlos
La compañía BYJU’S Future School, que llegó a México este año, concuerda con la visión de promover que las niñas y niños sean creadores de tecnología y no únicamente consumidores.
Esta empresa, que nació en 2011 en la India, ofrece cursos de programación que pueden durar desde un mes (el más sencillo) hasta un año y medio (cursando todos los bloques).
Un punto de especial atención en BYJU’S son los videjuegos, ya que con ellos se puede potenciar el interés por jugar y al mismo tiempo crear, de acuerdo con Carlos Tejada, vicepresidente de Ventas y Operaciones en México de la empresa educativa.
“Como queremos convertir a los niños en creadores de tecnología, muchos niños van a ser creadores de nuevos videojuegos. Entonces, lo que nosotros buscamos es despertar ese interés que tienen en los videojuegos y que, además de pasar tiempo jugando, los creen ellos», explica Tejada en entrevista con CNN.
Una de las cosas que niños y niñas pueden aprender en BYJU’S es a programar en Roblox, plataforma de videojuegos donde puedes jugar y también crear. Justamente, en Roblox el público que más destaca son los niños: la mayoría de los usuarios tiene 13 años o menos.
No es accesible para todos: brecha de género
En BYJU’S, estudiantes como Valeria Valentina (11 años) e Ingrid Rangel (16 años) han aprovechado los cursos de programación para generar un impacto real.
La primera de ellas creó la app ‘Gotita Feliz’, que enseña a los niños a cuidar el agua. Mientras tanto, la segunda hizo Teen Finances (TeFi), que es una app que ayudará a adolescentes a aprender sobre finanzas personales, creación y seguimiento de metas de ahorro.
No obstante, pese a los grandes beneficios que trae consigo esta tendencia de la tecnología educativa y la programación, sigue siendo un tema que no es accesible a todos los niños.
En Robotix, los cursos de programación entre septiembre 2020 y julio 2021 fueron tomados de forma muy desigual: 83% por niños y 17% por niñas, según datos que la organización compartió con CNN. En BYJU’S ocurre algo similar: 80% de los alumnos en México son niños y 20% son niñas, de acuerdo con la empresa.
Esto se trata de un problema de brecha de género en el país, en donde las mujeres tienen un acceso mucho menor al estudio de carreras STEM, explica María Eugenia de Diego, especialista en Desarrollo Adolescente en Unicef México.
«En México hay una brecha bastante notable en la elección de carreras STEM entre hombres y mujeres. Para darte una idea, más del 50% de los hombres en México eligen carreras STEM y solo el 30% de las mujeres», señala en entrevista con CNN.
«En general, se piensa que esta brecha nace a la hora de elegir las carreras, pero no: se origina bastante antes. De hecho, está documentado que se origina, por ejemplo, en la escuela primaria cuando las niñas y niños tienen alrededor de 10 o 12 años», añade.
Brecha económica
Y así como existe una brecha de género importante en lo relacionado con la enseñanza de carreras STEM, también existe una brecha económica en México que impide el desarrollo de estas habilidades.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México, el 78.3% de la población urbana en el país es usuaria de internet. No obstante, en la zona rural la población usuaria se ubica apenas en 50.4%.
«Se mezclan varios factores (para esta brecha económica). El punto de las zonas rurales por supuesto tiene que ver porque es un tema de conectividad, de cómo accedo yo a la tecnología, a lo digital. Hay una brecha enorme y acentuada completamente por la pandemia», detalla De Diego.
Junto a ello, explica la especialista de Unicef, también existe un problema de calidad educativa; es decir, no todos los niños tienen el acceso a los mismos aprendizajes porque no se cuentan con los recursos suficientes y porque no hay capacitaciones adecuadas a los maestros.
«Hay un tema también de brecha de calidad educativa. ¿Por qué? Porque la maestras y maestros juegan un rol preponderante en acceder a educación que tenga que ver con lo digital. Entonces, justamente en las zonas rurales, la calidad educativa tampoco es la misma que en las zonas urbanas. Tampoco hay tanto acceso a maestros y maestras que estén preparados para dar este tipo de educación», agrega.
¿Cómo hacer más accesible la enseñanza de la programación y general de las disciplinas STEM?
Robotix, por su cuenta, tiene su propia fundación para hacer llegar sus cursos y materiales a centros comunitarios, museos o escuelas.
Además, Saint Martin destaca que se tiene que difundir que también existen cursos de muy buena calidad que son gratuitos, con los cuales los niños pueden aprender a programar, entre otras cosas, videojuegos.
Dos de esas organizaciones que menciona el director de Robotix son Code.org y La Hora del Código. Si das clic en cada una de ellas, podrás encontrar una variada oferta de cursos de programación. Algunos están en inglés, pero muchos otros también están disponibles en español.
En tanto, Unicef México se encuentra trabajando en un programa piloto para promover la enseñanza de las carreras STEM en escuelas primarias.
Se trata de un piloto que todavía está en desarrollo, pero que incluirá capacitación con perspectiva de género para que tanto maestros como maestras puedan empezar a cambiar sus pedagogías al enseñar estos temas, explica De Diego.
«Obviamente desde Unicef solos no podríamos hacerlo porque debería ser un cambio sistémico. Entonces, esto vendría a ser un piloto, pero en el mediano o largo plazo tendría que haber un cambio a nivel sistema educativo: que todos los maestros estén capacitados con perspectiva de género sobre todo para dar este tipo de disciplinas», comenta.
La especialista agrega que las disciplinas STEM deben integrarse completamente en los planes de estudio para que los docentes tengas las pedagogías adecuadas.
Asimismo, el programa piloto, que buscará cubrir escuelas en zonas rurales y urbanas, contará con campamentos de aceleración de habilidades, conocidos como ‘bootcamps’, para aprender las disciplinas STEM de forma interactiva, no solo al estar sentado en un salón de clases.
Este programa, asegura la especialista de Unicef, se está trabajando desde 2020 y se tiene previsto que salga a finales de este año, siempre y cuando la pandemia lo permita.
Fuente: cnn.com