A raíz de la pandemia se combinó con un simulador para prescindir de su parte física y utilizarlo online.
El uso de robots se está volviendo cada vez más común en los lugares de trabajo, los hogares y las instituciones educativas. Numerosos centros ya han incorporado ingenios electrónicos a sus aulas. Es el caso de Robobo, un robot de enseñanza nacido en A Coruña, de la mano de los responsables de Mint SL, una spin-off de la Universidad de A Coruña (UDC). Su utilidad para impartir lecciones de programación han conquistado a la Vrije Universiteit Amsterdam de Países Bajos, uno de los centros educativos más relevantes y reconocidos de Europa.
Actualmente, Robobo está presente en cerca de 40 instituciones académicas, de las cuales un 25% se encuentra en el extranjero. Sin embargo, la pandemia obligó a redefinir el proyecto, por lo que crearon un simulador que permitiera usar el robot sin necesidad de su parte física. Esto hizo que su alcance dejara de reducirse a institutos y universidades, y pasara a enfocarse también en aquellas personas interesadas en adquirir una formación autodidacta en robótica desde casa.
Permite insertar accesorios 3D en su soporte para desarrollar la creatividad.
Fran Bellas, uno de los directores del proyecto, explica que la idea surgió al detectar la falta de robots educativos que tuvieran el nivel tecnológico necesario para cubrir las necesidades del alumnado. «Se nos ocurrió crear uno que fuera tecnológicamente más moderno, pero que no supusiera una inversión muy grande para los colegios. Combinando un smartphone y una base, se logra una herramienta educativa muy potente, porque podemos hacer casi las mismas cosas que con un equipo de muchos miles de euros», expone.
Dispone de tres elementos: una base, un smartphone y un ordenador. Una vez descargada la aplicación gratuita, la base se enlaza con el teléfono móvil a través de Bluetooth y puede empezar a programarse el robot desde el ordenador a través de wifi. La base funciona mediante batería recargable, cuya autonomía es de 10 horas aproximadamente. Además, el soporte admite la inserción de accesorios impresos en 3D en su parte inferior con tornillos simples. Algo que resulta un incentivo para que los estudiantes desarrollen su creatividad y añadan nuevas características a la base para usar en sus programas.
La parte educativa de Robobo está estructurada en tres niveles: Uno básico orientado a los cursos de iniciación en robótica inteligente utilizando programación basada en bloques, un nivel intermedio para estudiantes con experiencia en robótica que requieren comenzar con programación basada en texto y, finalmente, un nivel avanzado para estudiantes de informática, ingeniería o robótica que quieran usar Robobo por las características tecnológicas que proporciona a bajo coste.
Aunque existen precedentes de robots educativos, Bellas señala que Robobo es «una herramienta única como concepto global, ya que combina tres elementos: una base física, las herramientas de programación que los alumnos utilizan para programar la máquina y que son totalmente gratuitas, y el material didáctico que utilizan los profesores para enseñar con el dispositivo». «Hemos creado un robot de enseñanza que cubre la llamada robótica autónoma o inteligente, que al día de hoy no dispone de casi ninguna plataforma similar en todo el mundo, ni en secundaria ni en universidad», destaca.
OTRAS PROPUESTAS
e.DO. Aunque Robobo presenta unas características que lo convierte en una propuesta única, no es el único robot de enseñanza que se ha lanzado. La multinacional italiana Comau lanzó en 2017 a eDO, un robot modular, multieje y articulado con inteligencia integrada de código abierto, que permite aprender de forma sencilla y eficaz asignaturas escolares o extraescolares, como matemáticas, ciencias, ingeniería y tecnología, pero también robótica y codificación.
Pepper y Nao. Nao es el primer robot creado por SoftBank Robotics. Por su parte, Pepper es el primer robot humanoide del mundo capaz de identificar rostros y emociones humanas clave. Ambos permiten el desarrollo de actividades de enseñanza personalizadas de carácter individual o en grupos pequeños. También ayudan a los alumnos a desarrollar sus competencias de análisis y resolución de problemas.
Roybi. Este robot educativo se lanzó en octubre de 2020 de la mano de Roybi Inc. Está pensado para transmitir conocimientos a los niños desde casa. El robot utiliza la inteligencia artificial y el reconocimiento facial para interactuar con hasta tres usuarios. Tiene más de 500 lecciones que se pueden personalizar según el ritmo de aprendizaje y los intereses del menor. Está pensado para entretener y enseñar idiomas y conceptos básicos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas a partir de los 3 años. También puede proporcionar informes sobre el progreso del niño a sus padres y educadores.
Fuente: cincodias.elpais.com