La comunidad educativa se divide entre prohibir o no los móviles en clase
Algunos centros de la comarca permiten el uso de teléfonos como aplicación didáctica.
La veloz proliferación de las nuevas tecnologías no suele pasar por alto ningún ámbito. Y el de la educación, mucho menos. De aquellas constantes quejas de docentes, ante la irrupción de los teléfonos móviles en las aulas, se ha pasado a un escenario más positivo, donde esos mismos dispositivos cumplen a veces un papel didáctico complementario.
Y es que un curso después de que la Consellería de Educación elaborase el decreto que desarrolla la Lei de convivencia e participación da comunidade educativa en materia de convivencia escolar, algunos centros de la comarca han optado por añadir a su normativa interna la excepcionalidad de este documento. En concreto, la que les permite decidir si dejan emplear móviles como «ferramenta pedagóxica», así lo define dicho decreto.
Nuevo papel
En líneas generales, la mayor parte de los centros educativos de Barbanza han detectado desde hace tres años un descenso del número de teléfonos que requisan. Por ejemplo, en el IES Fontexería de Muros, solo han tenido un par de casos en lo que va de curso. Paralelamente, la cifra de profesores que van permitiendo su uso esporádico durante las lecciones ha aumentado considerablemente.
Esta última tendencia provocó que institutos como el Fontexería, el Leliadoura en Ribeira o A Cachada en Boiro hayan incluido en sus nuevos planes de convivencia la posibilidad de utilizar el móvil en horario lectivo, siempre bajo la supervisión del docente y en clave didáctica. En Muros, incluso llegaron a realizar una encuesta entre el claustro y las familias.
Los usos más frecuentes del móvil se circunscriben a materias como matemáticas o las lenguas extranjeras, por la comodidad que aportan aplicaciones como calculadoras científicas y diccionarios. Pero algunos institutos han ido más allá, como el de A Cachada, ya que en cursos pasados trabajaron la edición fotográfica y de vídeo.
Malos usos
Las fórmulas que los centros usan para coordinar la nueva práctica del teléfono inteligente son diversas. Generalmente, deciden avisar a los tutores legales a principio de curso de las posibles sanciones si identifican a un estudiante usándolo para asuntos personales, como chatear. En A Cachada, a la hora de la matrícula, los padres firman un documento en el que reconocen estar al tanto de la normativa de uso.
Sin embargo, también hay centros que se muestran reticentes a incluir la excepción en sus códigos internos. Esta es la posición del ribeirense Galaxia o del noiés Campo de San Alberto. La principal razón radica en la carencia del control que un solo docente puede tener sobre toda una clase que está utilizando el móvil al mismo tiempo.
Otro de los factores que han incidido en la decisión de estos dos últimos centros es el de los distintos tipos y niveles de enseñanza que poseen, ya que el Galaxia conjuga primaria con educación superior y el noiés cuenta con formación profesional.
En las escuelas
Es necesario establecer una diferencia entre los niveles de primaria y de secundaria, ya que prácticamente en la totalidad de las escuelas de la comarca no se puede llevar el teléfono a clase, como es el caso del ribeirense CEIP O Grupo o del pobrense Salustiano Rey Eiras. En el último tampoco puede usarse durante el recreo.
En estos dos colegios se optó por normalizar en sus reglamentos esta práctica, que venían haciendo desde que el smarthphone se popularizó entre las edades más pequeñas.
«Podría suponer más problemas que beneficios, como la falta de atención»
El director del noiés IES Campo de San Alberto, Pedro Román, se muestra cauteloso ante las nuevas utilidades del móvil en las aulas. Aunque sí ha percibido un descenso del uso de este tipo de aparatos en el centro durante los últimos años, cree que dejar abierta la posibilidad «podría suponer más problemas que beneficios, como la falta de atención».
Román también se refirió, entre los hipotéticas problemáticas, a que surjan los polémicos casos de acoso digital entre el estudiantado. Por otro lado, el director de este instituto noiés indicó que muchas de las funciones que realizan los teléfonos móviles pueden hacerse sin ningún problema con los ordenadores de los que disponen.
No obstante, el responsable del IES Campo de San Alberto puntualizó que están abiertos a permitir el uso del móvil en titulaciones como los ciclos formativos o bachiller, según la necesidad: «El futuro es impredecible».
«Ata agora non podían traelo, pero a realidade actual está indo por diante»
La vicedirectora del instituto sonense, Sonia Ces, explicó que, ante la próxima revisión del proyecto educativo del centro, barajan incluir el uso didáctico del móvil en el aula. El objetivo es responder a las dinámicas de una sociedad cada vez más integrada con la electrónica en su día a día: «Ata agora, non podían traelo, pero a realidade actual está indo por diante».
Ces también indicó que este instituto lleva varios cursos apostando por el desarrollo de iniciativas audiovisuales, que parten de su iniciativa Sala Persebeira, como por ejemplo la realización de stop-motions. Este hecho ha motivado que el cuerpo directivo esté valorando recoger por escrito algunas prácticas que vienen desarrollando, como es el uso de aplicaciones de comunicación entre docentes y estudiantes.
«As redes sociais poderían chegar a converterse en canles de comunicación educativas», expresó la vicedirectora, remarcando que antes se han de crear cuentas para este único uso.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es