A todos aquellos lectores que bombardean las redes sociales. Al que obliga a su familiar a leerlo porque le ha impactado. Al que, tras leerlo, ha ido corriendo a comprarse unas zapatillas para correr, incluso al que se lo ha quedado para sus adentros. Al que reclama volver a leerme pronto. A todos, “todos” los lectores, gracias por compartir mi espíritu.