Ante la necesidad de articular los esfuerzos para el desarrollo de capacidades de los recursos humanos en salud, a fin de responder a las necesidades del Perú; desde la formación profesional de los mismos hasta la formación laboral en sus puestos de trabajo, la Dirección General de Personal de la Salud a través de la Dirección Ejecutiva de Fortalecimiento de Capacidades de los Recursos Humanos en Salud, ha impulsado la construcción consensuada del Plan Nacional de Formación y Desarrollo de Capacidades de los Recursos Humanos en Salud – PLANDES Bicentenario. Fueron dos días intensos (13 y 14 de julio), posterior a la reunión la oferta educativa priorizará las necesidades locales con un enfoque pedagógico adecuado y actualizado incorporando el uso de las TIC, pensando en procesos formativos de calidad desarrollados en contextos reales.
Participaron en ello Directores Regionales de Salud, Directores de las Oficinas de Recursos Humanos y responsables del Área de Capacitación; representantes de las Unidades Orgánicas del Ministerio de Salud, representantes de instituciones académicas y de la sociedad civil.
El Plan Nacional de Desarrollo del Talento Humano en Salud, responde a la necesidad del sistema nacional de salud, de contar con recursos humanos capaces de brindar una atención de calidad, de acuerdo a las necesidades físicas, emocionales, sociales y culturales de la población acorde a lo que establece la Política Nacional de Salud.
En el Perú, los recursos humanos en salud han atravesado por distintas etapas, relacionadas en gran parte con la asignación presupuestaria al sector salud, y la incorporación o no del tema de los recursos humanos en las prioridades de política establecidas en los planes de gobierno. Para la atención de calidad al usuario, un elemento gravitante es contar con prestadores con capacidades, motivados e integrados a procesos de desarrollo permanente, y con una remuneración digna. En el caso contrario, la baja remuneración del personal no permite la actualización profesional, rutiniza la operación de la prestación y gestión, y finalmente convierte en disfuncional el servicio respecto al encargo social recibido. En muchos casos, la migración constituye una salida para muchos profesionales con aspiraciones de ingresos y condiciones de trabajo superiores a las que se perciben en el país.
El sector salud tuvo durante décadas un cerco protector dado por el boom de la capacitación con maestrías y diplomas en los 90 y 2000, la formación de una tecnocracia sanitaria, la modernización de la clínica por los propios profesionales y las sucesivas olas de modernización en gerencia. Pero el subempleo público ha venido erosionando las reservas morales del sector, y es claro que el estancamiento del gasto público hasta el año 2013 llevó a la inoperancia relativa a todo el sector, rebasado de lejos por la demanda. Se cosecha ahora lo que se sembró por décadas.
En el 2013, se tuvo por primera vez facultades legislativas para impulsar la Reforma del Sector; en ese marco se establecieron entre otros dispositivos legales, el Decreto Legislativo 1153, que Regula la Política Integral de Compensaciones y Entregas Económicas al Personal de la Salud. A los tres años de implementación de esta política salarial, se cuenta con un ordenamiento de las remuneraciones y entregas económicas (bonos) aún incompleto, lo que ha incrementado la percepción económica de algunos grupos de trabajadores de salud, pero no de otros, ni en todos los rubros establecidos. Esta situación incrementa la inequidad en la distribución del gasto en remuneraciones en salud. Otro importante dispositivo promulgado en este período es reactivación de la Escuela Nacional de Salud Pública.
En el año 2016 nuevamente el Poder Ejecutivo, entre ellos el Ministerio de Salud, contó con facultades legislativas durante 90 días, tiempo en el cual se realizaron importantes modificaciones a la estructura organizativa del MINSA, entre ellas, aquellas vinculadas con la Escuela Nacional de Salud Pública, órgano con funciones académicas en el marco del cual se puede desarrollar actividades educativas vinculadas directamente con el trabajo en salud.
En el ámbito internacional, contamos con algunos hitos que direccionan las políticas de recursos humanos en el marco de la globalización y los nuevos retos del trabajo en salud, en el actual contexto tecnológico y socio político mundial. Uno de estos hitos es la Asamblea General de la ONU realizada en el 2015, en la que se adoptó la “Agenda para el desarrollo sostenible 2030” y las estrategias internacionales establecidas por OMS/OPS para responder a los desafíos globales en materia de Recursos Humanos en Salud (RHUS).
En este contexto, el Ministerio de Salud, ha definido los Lineamientos para la Gestión de los Recursos Humanos en Salud para asegurar que los RHUS contribuyan eficiente y eficazmente al logro de metas y objetivos estratégicos del sector salud. Éstos responden a problemas como una insuficiente disponibilidad de RHUS y de su distribución inequitativa; competencias inadecuadas para cubrir las expectativas, demandas y necesidades de salud de la población peruana, y las deficientes condiciones de trabajo en las que desarrollan su labor que no logran responder a las legítimas expectativas humanas y profesionales de los RHUS, faltando, entre otros factores, incentivos para su progresión laboral y vínculos con planes de carreras. Los lineamientos se articulan en cuatro áreas estratégicas una de ellas apuntando específicamente a crear y consolidar la competencia profesional y humana necesaria para responder adecuadamente a las exigencias del Sistema Nacional de Salud (SNS y cubrir las expectativas, necesidades y demanda expresa de la población peruana. Éste lineamiento es el origen del Plan Nacional Concertado de Formación y Desarrollo del Talento Humano en Salud – PLANDES.
Fuente: Ministerio de Salud del Perú
Embajadora Digital Ruth Palomino – Perú